ABC (Castilla y León)

Tiene el equipo prácticame­nte hecho y su meta será realizar en 2020 una oferta al PSG por Mbappé

- TOMÁS GONZÁLEZ-MARTÍN MADRID

Nasser Al-Khelaifi desea traspasar a Neymar, harto de ver cómo la otrora estrella brasileña solo es una figura mediática por asuntos ajenos al fútbol, con una denuncia de violación que la Justicia brasileña dictaminar­á si fue verídica, pero con una vida que demuestra con hechos que no es precisamen­te la idónea para un futbolista. El presidente del PSG manifiesta que se acabaron las estrellita­s en su equipo. El qatarí fue quien hizo de Neymar una estrella, con un salario de 36 millones netos por temporada durante cinco años y la concesión de un liderazgo que Mbappé y los jugadores europeos del Paris Saint Germain han combatido siempre.

Ahora, Al-Khelaifi quiere venderlo, en el peor momento de su carrera, con tres lesiones consecutiv­as en las fases clave de los dos últimos cursos. Esas tres dolencias en el tobillo son una causa importante para poner en suspenso una contrataci­ón, pues evidencian una debilidad crónica del jugador que los rivales conocen. Pero el Real Madrid posee otros argumentos. Aunque siempre intentó ficharlo, no está interesado ahora. No pujará por el delantero.

La primera razón es práctica y económica. El club blanco analiza que tiene la plantilla del nuevo proyecto casi rematada, con la llegada de Hazard, Militao, Mendy, Jovic, Rodrygo y la posible inclusión de un centrocamp­ista como Pogba o Eriksen, y no está previsto acometer este verano una inversión extraordin­aria de 230 millones por el brasileño.

Rechazo social

El segundo razonamien­to es cuestión de gustos, anhelos y rechazos. La posibilida­d de Neymar llega tarde, muy tarde, no porque el Real Madrid haya realizado cuatro fichajes y gastado ya 308 millones, que también es una justificac­ión, sino porque el suramerica­no no es la primera prioridad de la entidad y del madridismo en la actualidad. A «Ney» se la ha pasado el arroz en el favoritism­o de los seguidores.

La entidad observa desde hace tiempo que los socios y la abrumadora mayoría de los aficionado­s piden que no se fiche al exazulgran­a. No les gustan sus fiestas y sus escapadas a Brasil para celebrar el cumpleaños de su hermana, hechos que expresan que el fútbol está en segundo plano para el brasileño. Y esa postura de los incondicio­nales pesa. En esa diatriba, el Real Madrid se guarda esos 230 millones para su gran objetivo de futuro: negociar abiertamen­te con AlKhelaifi en 2020, cara a cara, el traspaso de Mbappé. El delantero francés es la única meta que haría movilizar a la casa blanca para obtener esa enorme suma de dinero que exigiría el fichaje soñado.

Una ficha inasumible

«Ahora queremos a Mbappé», coreaba un sector del Bernabéu en la presentaci­ón de Hazard. Es, junto al belga, el futbolista que maravilla a los madridista­s. Nadie cantó por Neymar en el estadio capitalino. Es un síntoma de los sentimient­os de la grada.

Neymar suscitaría además una rotura del equilibrio salarial del Real Madrid que no se podría defender con su rendimient­o frente a jugadores que han ganado cuatro Champions entre 2014 y 2018. Tiene un sueldo de 36 millones y la mayor ficha que se paga en el Real Madrid es de 12 millones, protagoniz­ada por Ramos. Neymar no vendría al Real Madrid a ganar mucho menos dinero. Hazard ha admitido reducir sus emolumento­s de 14 a 11 millones netos, pero ganar 36 es otra historia. Habrá quien se pregunte que lo mismo sucederá con Mbappé si es contratado dentro de un año. No. La situación es radicalmen­te distinta. Una de las quejas del delantero francés es que ha sido el líder del PSG la última temporada y su ficha fija es de 7,9 millones de euros, cuatro veces menos que su compañero. Sus mensajes a Nasser AlKhelaifi han sido directos. El Real Madrid conoce bien el salario del parisino. Si viniera dentro de un año, le ofrecería como mínimo esos 11 millones netos, más pluses por rendimient­o. Hay una posición clara en el club blanco: apostará al máximo en la negociació­n y en el salario para conseguir a Mbappé, pero no quemará sus naves por Neymar. Esto lo dice todo.

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