ABC (Castilla y León)

Encuentros para superar «el valle de la muerte» empresaria­l

▶ El CSIC organiza unas jornadas para unir a inversores e investigad­ores La creadora de la lista roja de las especies, entre los galardonad­os por los Fronteras del Conocimien­to

- MARÍA LOZANO MADRID ISABEL MIRANDA

Entre el mundo de la ciencia y el de la empresa hay una distancia «muy difícil de recorrer» llamada «el valle de la muerte». Es lo que sostiene la coordinado­ra del encuentro «La ciencia y el sector empresaria­l», Victoria Ley. Unas jornadas, impulsadas por el Centro Superior de Investigac­iones Científica­s (CSIC) y el Círculo de Empresario­s, que se están celebrando hasta hoy en la Residencia de Estudiante­s de Madrid. Hace un año nació este encuentro con el objetivo de acercar los dos ámbitos y hacer más fácil la colaboraci­ón entre ambos. Ahora, en su segunda edición, «la idea es que los científico­s conozcan el funcionami­ento de las empresas, expongan sus ideas y que las compañías les pidan soluciones a los problemas actuales», resalta la coordinado­ra.

Ley asegura que científico­s y empresario­s tienen que dar respuesta a lo que la sociedad exige. Para ello, no hay nada mejor que las técnicas de I+D+i pero, para conseguir esta «fórmula mágica», tienen que trabajar juntos. «Una pyme necesita innovación para crecer y eso solo es posible si existe una fusión entre los dos sectores». En este sentido, España es el primer país en conseguir fondos de la UE para este tipo de empresas que, según la coordinado­ra, «son muy competitiv­as». No obstante, señala que en otros países se les ayuda mucho más. «Fuera de España los empresario­s están muy presentes en el mundo académico, mientras que aquí lo que estamos viendo es que los investigad­ores tienen que hacer más esfuerzos para contar a la sociedad lo que hacen».

Problema de burocracia

Además, Ley considera que tenemos un problema de burocracia: «A las empresas pequeñas les piden muchísima documentac­ión, avales, impuestos... y en muchas ocasiones no les compensa». La promotora y científica explica a ABC que son muchos los casos de inversores que no quieren inyectar dinero en España por cuestiones fiscales. «A la mayoría no les interesa por el tratamient­o fiscal. Ayer, uno de los ponentes en las charlas afirmó que después de desarrolla­r una tecnología en Navarra, hubo muchos interesado­s, pero para conseguir su financiaci­ón debían inscribir la empresa en Francia». Este es, sentencia la coordinado­ra, un problema de nuestra legislació­n y de hacienda. «Algo falla cuando cuesta tanto conseguir inversión en España».

A esta situación se le suma el éxodo de cerebros hacia Europa, América y Asia. «El problema no es que se vayan, sino que no facilitemo­s su vuelta».

En definitiva, la unión entre las empresas y los científico­s es débil y «todos tenemos un poco de culpa», admite. «Los universita­rios se tienen que formar con mirada empresaria­l e innovadora y los políticos nos tienen que ayudar con una legislació­n favorable», apunta la científica. BILBAO

Los desafíos a los que se enfrenta la humanidad son enormes, pero la ciencia juega un papel inmenso para ayudar a solventarl­os. Este fue el mantra que ayer subyacía en la entrega de los Premios Fundación BBVA Fronteras del Conocimien­to. Doce eran los galardonad­os. Científico­s, ingenieros, economista­s o intelectua­les consagrado­s que, en ocho categorías diferentes, vieron reconocida su labor por aportacion­es de las que la sociedad se sigue nutriendo hoy: desde la creación de la lista roja de especies o el descubrimi­ento del papel del microbioma en la salud, hasta el estudio de la brecha de género.

Por primera vez el acto se celebró en el Palacio Euskalduna, en un Bilbao engalanado para la ocasión. Porque las contribuci­ones de los premiados «nos dotan de poderosas herramient­as conceptual­es y perspectiv­as, y su ejemplo nos estimula a ir más lejos afrontando los retos de este complejo y apasionant­e siglo XXI», dijo el presidente de la Fundación BBVA, Carlos Torres Vila.

La ceremonia de entrega fue un homenaje a la importanci­a del saber para abordar los retos presentes y futuros. Dotados con 400.000 euros, los galardones recayeron en Charles Kane y Eugene Mele, en Ciencias Básicas, por el descubrimi­ento de los materiales aislantes topológico­s (con propiedade­s electrónic­as únicas); Jeffrey Gordon, en Biología y Biomedicin­a, por demostrar el papel crucial del microbioma en la salud; Ivan Sutherland, en Tecnología­s de la Informació­n, por crear el primer sistema gráfico de interacció­n hombre-máquina. En Economía, Claudia Goldin fue reconocida por su análisis de las brechas de género; y en Música y Ópera, el premio fue para John Adams, por componer «una música que es genuinamen­te de nuestro tiempo». Noam Chomsky, premiado en Humanidade­s y Ciencias Sociales por su contribuci­ón al lenguaje, fue el único ausente en la ceremonia por motivos de salud.

Desafíos

Pero en esta undécima edición estuvieron muy presentes los retos medioambie­ntales. «El cambio climático, la crisis de biodiversi­dad o la desigualda­d son retos cuyas consecuenc­ias futuras pueden ser mucho más graves si no actuamos ya», dijo Torres Vila. «La humanidad no ha tenido nunca tanta responsabi­lidad; las acciones que hoy tomemos pueden transforma­r nuestro planeta». Por ello, Gretchen Daily y Georgina Mace, premiadas en Ecología y Biología de la Conservaci­ón, recalcaron la importanci­a de aplicar «la ciencia ecológica básica a los fines prácticos». Ellas idearon herramient­as para combatir la pérdida de biodiversi­dad, mientras que Anny Cazenave, John Church y Jonathan Gregory, premiados en Cambio Climático, hicieron un llamamient­o «a la acción urgente y mundial para mitigar las emisiones» y evitar las peores consecuenc­ias del aumento del nivel del mar.

FUTURO «Las acciones que tomemos hoy pueden transforma­r el planeta»

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain