ABC (Castilla y León)

FUE VIOLACIÓN

-

Este es el punto final de un proceso marcado por la presión de sectores políticos y sociales, que utilizaron la primera condena por abusos sexuales como coartada para una campaña contra la Justicia

LA Sala Segunda del Tribunal Supremo zanjó ayer la polémica sobre los delitos cometidos por la Manada en los sanfermine­s de 2016. Con una decisión unánime –la primera y única con esta caracterís­tica que se dicta en este proceso–, los magistrado­s del Alto Tribunal han calificado los hechos como varios delitos de agresión sexual –es decir, violación–, aumentando las penas impuestas por la Audiencia Provincial de Navarra de nueve a quince años de prisión. El Supremo no ha modificado –porque no se lo permite el recurso de casación, salvo en ocasiones excepciona­les– los hechos que tanto la Audiencia Provincial como el Tribunal Superior de Justicia de Navarra declararon probados. Se ha limitado a llamar correctame­nte a las cosas por su nombre jurídico. Por tanto, fue la primera de las sentencias la que marcó el devenir de este proceso; y lo hizo de una manera internamen­te incoherent­e, porque describió una situación propia de una violación, aunque la calificó como abuso sexual. De hecho, las discrepanc­ias ante la prueba afloraron en dos votos particular­es. El primero abogaba por la absolución. El segundo, de un

magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Navarra, por la condena por violación. La opción salomónica de los tribunales navarros no ha surtido efecto en la Sala Segunda, la cual ha aplicado su propia jurisprude­ncia y ha puesto fin al debate jurídico. Al ser firme la condena impuesta por el Tribunal Supremo, los condenados fueron ayer mismo detenidos para su ingreso en prisión. Es el punto final de un proceso fuertement­e castigado por la presión de sectores políticos y sociales, que utilizaron la primera condena por abusos sexuales como coartada para una campaña contra la Justicia, acusada de machista y patriarcal. El Supremo les habrá hecho cambiar de opinión, pero en este asunto queda un regusto amargo de ataques continuos a la independen­cia judicial con mensajes para colonizar la Justicia con una ideología de género incompatib­le con el Estado de Derecho.

Además, el caso de la Manada provocó una reacción política poco meditada, consistent­e en anunciar reformas del Código Penal para que no se dude de que, cuando no hay consentimi­ento, hay violación. Hasta la fecha poco se sabe del trabajo de la comisión encargada de esta reforma, que tendrá que revisar la compleja y defectuosa regulación del Código Penal de 1995 sobre los delitos contra la libertad sexual. Asuntos de esta gravedad necesitan claridad en la letra de la ley, porque no es bueno que los jueces tengan que colmar las lagunas legales o subsanar los fallos de los legislador­es para juzgar a ciudadanos que pueden perder la libertad por muchos años.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain