El gol de España cuelga las botas
Autor del tanto en la final de la Eurocopa de 2008 y pilar de la etapa más brillante de la historia de selección, el ídolo del Atlético pone fin a 18 años de carrera tras su paso por Japón
Fernando Torres, el futbolista con eterna cara de niño que con su gol en 2008 ante Alemania en el Ernst Happel de Viena puso los cimientos para que España iniciara la etapa más triunfal de su historia, anunció ayer su retirada deportiva, un adiós después de 18 años de carrera coronados en la selección con la conquista de un Mundial y dos Eurocopas. Leyenda del Atlético de Madrid como le gritó a coro la grada del Metropolitano el 20 mayo de 2018 tras disputar su último partido de rojiblanco, el delantero vuelve a casa después de su aventura en el Sagan Tosu japonés y la afición rojiblanca sueña ya con la posibilidad de que el ídolo pueda entrar a formar parte en alguna parcela del organigrama del club de su vida.
Torres es rojiblanco desde niño y su futuro está en el Atlético, aunque su entorno más cercano aseguraba ayer que no será inmediato. El delantero, según afirmó a través de un vídeo en sus redes sociales, explicará mañana los detalles de su retirada en una rueda de prensa en la que quizá también avance sus planes después de «18 años apasionantes de carrera», según calificó en su mensaje.
«Le veo donde él quiera, tiene mucho bien que hacer, lo ha hecho durante 18 años como deportista y espero que ahora lo siga haciendo como persona vinculada al deporte», asegura Abraham García a ABC. Fernando Torres ha trabajado con un abanico de entrenadores mediáticos, pero habitualmente cita a este madrileño y a Luis Aragonés cuando es preguntando por los técnicos más influyentes en su carrera. «Yo estaba en el banquillo del juvenil y él estaba aún en edad cadete. Destacaba por su físico, se le veía un enorme potencial, también llamaba la atención por su temperamento, sus ganas de aprender y su nivel técnico. Era un futbolista precoz y siempre pensé que llegaría muy lejos. Ahora toca la retirada», detalla.
«Humilde y muy maduro»
Abraham García no se equivocó porque Fernando Torres colgará las botas habiendo levantado todo tipo de títulos y celebrando goles que pusieron en pie a todo un país. Su tanto en Viena en la final de la Euro 2008 fue el que llevaba esperando el fútbol español desde que, en 1964, Pereda y Marcelino, en la final continental del Bernabéu, derrotaran a Rusia. Con la selección también conquistó un Mundial (2010) y otra Eurocopa (2012), y con el Chelsea tocó el cielo a nivel de clubes besando la Champions League. Éxitos que nunca alteraron la cabeza de un futbolista «siempre sencillo y maduro», tal y como explica a este periódico Carlos Cascallana, histórico preparador físico de la cantera rojiblanca, en la que Torres ingresó con nueve años. «Desde pequeño era muy buen compañero, callado y trabajador. Unos cualidades que nunca perdió», añade.
Abraham García destaca la normalidad con la que Fernando Torres asumió el salto al profesionalismo en un momento delicado del Atlético. «Ese cambio nunca es fácil. Se madura a base de golpes y no todos los chicos son capaces. A él le ayudó mucho que siempre contó con un buen entorno familiar y que tenía la cabeza perfectamente amueblada. Eso le facilitó poder explotar su talento». Cascallana, que ahora dirige FPA Las Rozas, un club del fútbol formativo, siguió la evolución del niño en las categorías inferiores y vivió en primera fila el debut del delantero con el primer equipo del Atlético, el 27 de mayo de 2001 ante el Leganés en Segunda división. «Era el preparador físico de García Cantarero, entrenador de aquel año. El siguiente partido, Torres marcó ante el Albacete, nunca he visto una persona con una cara más feliz en un vestuario», asegura. «Este chaval es la bandera, el estandarte del Atlético, y puede estar en el club de lo que quiera, dependerá de él».
El Atlético mostró su cariño a su exjugador tras el anuncio de la despedida como profesional. «Nos sentimos absolutamente orgullosos y agradecidos de tu trayectoria», expuso en un comunicado la entidad rojiblanca, en la que militó como profesional en dos etapas y con la que solo conquistó la Liga Europa en 2018, su título más emotivo. Entre ambas jugó 404 partidos oficiales y marcó 129 goles. La afición rojiblanca empieza a soñar ya con su vuelta a casa.