Los demócratas ya gobiernan en EE.UU. aplicando su rodillo
▶ Por primera vez la vicepresidenta ejerce el voto de desempate en el Senado
Pasadas las 5.00 de la madrugada de ayer, la vicepresidenta de EE.UU votó por primera vez para deshacer un empate en el Senado, aprobando los presupuestos de su partido y demostrando el poder casi total que tienen ahora los demócratas en Washington. Controlan la Casa Blanca, la Cámara de Representantes y, gracias a Harris, el Senado, donde cada partido tiene 50 escaños. Los presupuestos son un prólogo al nuevo paquete de rescate para la pandemia, diseñado por los demócratas y con un coste estimado de dos billones de dólares (1,67 millones de euros).
Ayer Biden recibió en la Casa Blanca a un grupo de diputados demócratas para hablar del rescate y los presupuestos. Según dijo, está decidido a mandar ayudas a los damnificados por la pandemia de 1.400 dólares por persona. «Eso es innegociable», dijo.
Este voto del presupuesto es el primer logro de Biden en Washington, aprobado gracias al rodillo demócrata apenas dos semanas después de la toma de posesión del presidente y de que los demócratas se hayan hecho con el control del Senado. Ahora la Cámara de Representantes debe darle el visto bueno al presupuesto. El Senado, mientras, comienza a trabajar en otros detalles del paquete de estímulo del coronavirus. Biden ha invitado a senadores republicanos y demócratas para negociar en la Casa Blanca, pero de momento todo parece indicar que serán solo los demócratas los que voten a su favor.
Sin consenso
Estas negociaciones marcan el futuro de la Administración Biden, porque revelan que el presidente no teme contar solo con su partido mientras tenga mayoría en ambas cámaras del Capitolio. En 2022 se renueva toda la Cámara de Representantes y un tercio del Senado. En un principio, Biden ha dicho que tiene la intención de negociar y pactar con los republicanos, aprovechando su larga experiencia como senador antes de ser vicepresidente de Barack Obama. Es más, los demócratas han aprovechado una estratagema, bajo el término de «reconciliación», que les permite evitar la censura y las demoras de procedimiento de la oposición.
Junto al paquete de estímulo hay un desafío para Biden que le puede enfrentar a la izquierda de su partido en el Capitolio: doblar el salario mínimo, hasta los 15 dólares por hora. Son muchos los demócratas que quieren que este incremento se haga por la vía de urgencia, por si pierden la oportunidad en dos años, en caso de que los republicanos remonten y ganen el control de una de las dos cámaras. Pero en el Senado, donde los demócratas son por lo general más centristas, hay reticencias a dar ese paso.
Después, los demócratas pretenden empezar a plantear reformas más ambiciosas. Convertir la capital y Puerto Rico en estados con pleno derecho a voto y representación en el Capitolio, controlar la tenencia de armas y aprobar una amnistía para once millones de indocumentados son sólo algunas de las propuestas. Los republicanos habían intentado que Biden acepte un rescate por la pandemia menor, de 600.000 millones, pero el presidente se resiste a distanciarse tan pronto de su propio partido.
Kamala Harris, la cada vez más poderosa vicepresidenta