Desequilibrio económico, de población, y también electoral
Los datos recopilados por ABC tanto de apoyo a las candidaturas independentistas como de aportación y crecimiento comarcal confirman el desequilibrio en Cataluña entre las zonas más pobladas y dinámicas, básicamente la región metropolitana de Barcelona, y el resto del territorio. Estos mapas solapados contrastan con el peso electoral de cada demarcación, -2,3% -1,1% -1,4% -1,5% -4,4% -3,0% -0,2% -6,0% -0,8% -2,1% -1,0% -0,5% -0,8% -2,6% -1,4% donde el peso de la provincia de Barcelona esta infrarrepresentado en el Parlament en contraste por ejemplo con la aportación de Gerona y Lérida. Barcelona tiene 5,66 millones frente a los 7,72 de Cataluña (un 73,3%) pero solo reparte 85 de los 135 escaños (63%). La descompensación en el reparto de escaños «dopa» a las listas independentistas, con más fuerza en la Cataluña interior. -1,5% -0,6% -1,0% -0,1% -1,8% -1,5% -2,4% -1,0%
Por encima de la media
c-0,7% -1,0% -0,3% -1,1%
a-0,6%
b-1,0% -0,5% -0,3%
En el conjunto, el crecimiento medio en Cataluña del VAB con respecto a 2007 es del 7,9%, en una comunidad donde en la última década «se ha reforzado la terciarización de la actividad y del empleo, mientras que las manufacturas y la construcción, a pesar de la mejora de los últimos años, han perdido posiciones», tal y como recoge el estudio del BBVA dirigido por Josep Oliver, catedrático emérito de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB).
«Tirón de Barcelona»
Para su colega Francesc Granell, también catedrático de Economía Aplicada en la UAB, datos como los antes señalados, junto con otros objetivables, como el balance de empresas que han marchado o la menor capacidad de atracción de inversión extranjera, demuestran que el impacto de la inestabilidad política en la economía no es un mito inventado. «Son datos», sentencia el profesor Granell, que señala el estancamiento catalán frente al avance de polos como Málaga y Valencia, por no hablar de Madrid. «Cataluña solo aguanta gracias al tirón de Barcelona», añade para destacar precisamente esta economía a doble marcha que arrojan los datos del estudio.
Jordi Alberich, economista, no pone tanto el acento en las diferencias comarcales y el desequilibrio entre la Barcelona metropolitana y el resto del territorio, como en el «estancamiento» y pérdida de peso relativo del conjunto de Cataluña, levemente en cuanto a cifras de PIB, pero sobre todo en cuanto a lo que él define como pérdida de «poder económico», esto es, centros de decisión, atracción de talento o la capacidad y voluntad de tomar decisiones relevantes a medio y largo plazo. Ante esta situación, que no es coyuntural, Alberich apunta el peligro que de las próximas elecciones surja un gobierno que no ponga el foco en la economía, en la política real y capaz de transformar, en definitiva.
La situación tras el 14-F es también motivo de preocupación para la patronal Fomento del Trabajo, cuyo presidente, Josep Sánchez Llibre, reclama «estabilidad» para superar la «gravísima crisis institucional» que arrastra Cataluña desde hace una década, «condición necesaria, no suficiente, para la recuperación». -2,0%
Qué es el VAB