«Pasé miedo, pensé que nos linchaban»
Relato en primera persona de un miembro de la comitiva de Vox en el mitin del pasado fin de semana en Vic
En las elecciones de noviembre de 2019, 582 vigitanos optaron por votar a Vox. El fin de semana, una treintena de personas se desplazó hasta la capital de la comarca de Osona (Barcelona) para escuchar a Ignacio Garriga, candidato a la presidencia de la Generalitat de Cataluña por el partido de Santiago Abascal, y Javier Ortega Smith, secretario general de Vox. El atril y el micrófono se instalaron en la plaza Mayor. Ninguno de los que votó a Vox en 2019 se identificó durante las breves intervenciones públicas.
El acto estaba convocado para poco después de las 17.00 horas. «Aparqué el coche lejos de la plaza Mayor», señala a ABC uno de los miembros de Vox que acudió a la convocatoria desde Barcelona. «Lo hice en previsión, pues sabíamos que en Vic podríamos tener problemas», añade a este diario la misma persona, que quiere mantener el anonimato, si bien este diario ha ratificado su identidad.
Al poco de resolver la logística del mitin, aparecieron los primeros independentistas radicales. «A mí me sorprendió que el acto se hiciera en una esquina de la plaza, justo a la puerta del ayuntamiento, pero nos dijeron que era mejor que en el centro de la plaza, por seguridad», advierte.
Siempre según su relato, que coincide con el de otros dos miembros de la comitiva de Vox, y a la espera del atestado de los Mossos d’Esquadra, en muy poco tiempo llegaron decenas de independentistas. «Este es el momento clave, creo yo –señala–, pues el operativo policial, en lugar de situar a los manifestantes a cien metros, los dejó acercarse hasta treinta metros. Desde esa distancia, nos podían lanzar de todo. Como así fue».
A partir de este instante, tal y como se vio en algunos vídeos que corrieron rápidamente por internet, subió la tensión. Hablaron Garriga y Smith, entre gritos, insultos y cánticos como el de «viva Terra Lliure» (en referencia a la banda terrorista catalana desaparecida poco antes de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992). Luego lanzaron huevos, frutas y petardos.
Más tensión. Alguno de los jóvenes que recibió el impacto de huevos se encaró contra los independentistas. Actuaron los Mossos d’Esquadra para evitar el choque. El cordón policial retenía a los radicales y algunos agentes, también, vigilaban a los simpatizantes de Vox. «Las mujeres fueron las más valientes. Al acabar el mitin fue cuando empecé a tener miedo», recuerda, rememorando el plan que debía trazar para llegar al coche.
Fue a la salida de la plaza cuando se desbordó el operativo. «Todo se desmadró. Nos dividimos en grupos de tres, la escolta de Garriga y Smith se los llevó, y yo les perdí el rastro». La siguiente imagen que tiene es la de uno de los vídeos: las dos furgonetas de Vox –con un radical en el capó de una golpeándola– corriendo delante de una turba. En el interior no estaban ni Garriga ni Smith.
«Nos fuimos disgregando, hasta llegar cada uno a su coche. Realmente, pasé miedo, pensé que nos linchaban», explica. Otros necesitaron de una ‘ayuda quirúgica’ de los Mossos, que fueron a buscarlos tras ser avisados por teléfono. «Vic está perdida».