La ampliación del Museo de Bellas Artes de Bilbao enciende la polémica
▶Denuncian graves irregularidades e ilegalidades en el proyecto firmado por Norman Foster y Luis María Uriarte
Ampliar museos es una misión digamos complicada para la que hay que armarse de paciencia. Si no, que se lo pregunten a Moneo en el Prado con los vecinos de los Jerónimos, a Herreros en el Museo Munch con los políticos de Oslo, y a Cruz y Ortiz en el Rijksmuseum con los ciclistas de Ámsterdam. Ni ganas de pedalear le quedaron a los sevillanos. Un calvario que podría repetirse ahora con Norman Foster y Luis María Uriarte, ganadores del concurso internacional convocado en 2019 para la ampliación del Museo de Bellas Artes de Bilbao. Abrió la caja de los truenos un informe de la Comisión de Monumentos y Patrimonio Histórico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, desvelado por ABC el pasado día 2. En dicho informe, que respondía a la consulta realizada por el arquitecto Fernando Pérez Rodríguez-Urrutia –sobrino nieto de Fernando Urrutia, uno de los arquitectos, junto con Gonzalo Cárdenas, del museo original en 1945–, se vertían duras afirmaciones sobre el proyecto: que vulnera la ley, que infringe el Plan General en superficie, altura, contaminación visual..., que no se respetan las construcciones anteriores, que la antigua Plaza Arriaga, abierta y soleada, se convierte en un vestíbulo cerrado del museo; que la argumentación recogida en el Plan Especial es parcial y poco convincente... En suma, que se ha hecho un traje a medida, acoplando la ciudad al edificio y no al contrario. El informe se remitió al Ministerio de Cultura (lo ha recibido y lo estudiará), el Ayuntamiento de Bilbao y el Gobierno vasco.
En conversación con ABC, Fernando Pérez dice que, en su opinión, este proyecto es «un expolio cultural, una puñalada al corazón del Ensanche de Bilbao». La Asociación de Defensa Cívica del Museo de Bellas Artes de Bilbao, explica, ha escrito un manifiesto que hará público este viernes. En él, se insta a «reconsiderar el proceso iniciado y suspender el actual proyecto por las irregularidades e ilegalidades del concurso, del jurado y del proyecto ganador. Exigimos una revaluación de los proyectos finalistas por un jurado independiente, competente y solvente o convocar un nuevo concurso con unas bases precisas e inviolables». «No es de recibo que gane el concurso un proyecto que incumple descaradamente las bases en un edificio y un entorno protegidos – advierte Fernando Pérez–. Foster invade en quince metros el parque de Doña Casilda. Una zona verde pública pasa a ser suelo urbano edificable. El Plan Especial aprobado para la ampliación clasifica el suelo en contra del Plan Gene