Condenan al excapellán de Valladolid a tres años por ciberacoso y abuso a una menor
▶ La Audiencia ve probado que la envió vídeos sexuales, uno de ellos masturbándose ▶ El fallo relata las sucesivas propuestas del sacerdote para quedar con ella a solas
Apenas diez después de que fuera juzgado y calificar lo sucedido como un mero «juego sexual», la Audiencia de Valladolid ha impuesto una condena de tres años de cárcel al excapellán de la Cofradía de las Angustias de Valladolid, O.F.L, por un delito de ciberacoso sexual en concurso con otro de abusos sexuales sobre una menor de 13 años a la que envió varios vídeos muy subidos de tono, uno de ellos desnudo y masturbándose. El tribunal decreta también su inhabilitación especial para cualquier profesión u oficio que conlleve «contacto regular con menores». Se le impone igualmente la prohibición de desempeñar determinadas actividades «que puedan ofrecerle o facilitarle la ocasiónpara cometer hechos delictivos de similar naturaleza» y la obligación de realizar «un curso de educación sexual».
En los hechos probados del fallo se detalla cómo el sacerdote «contactó» con la víctima y su madre —ambas de nacionalidad rumana y actualmente en paradero desconocido— en la propia puerta de la iglesia, a donde solían acudir para solicitar ayuda económica a los feligreses. En uno de esos encuentros, el sacerdote compró a la menor un chandal, lo que permitió que le «facilitase» el número de teléfono que utilizaba frecuentemente pese a ser de la progenitora. Una vez que el propio condenado recargó el saldo del móvil el 21 de diciembre de 2019, comenzaron «las conversaciones de contenido sexual por wasaps», conociendo, según el juez, «la edad exacta que tenia la menor y las consecuencias que un contacto sexual con ella podría implicar».
Como ejemplo de que los mensajes fueron subiendo de tono, se incluye que cuando la menor le dijo que se iba a duchar, el cura le respondió que «...si quieres voy a frotarte la espalda...». Al repetir la víctima el mismo argumento, insistió con que «...como lo digas otra vez, voy y me ducho contigo».
Otras veces, como recoge la sentencia, le pregunta sobre qué ropa se pone al dormir, el tamaño de su pecho, la talla de sujetador, la posibilidad de mandarse recíprocamente fotos desnudos, si era virgen, con cuántas personas se había acostado, qué postura sexual le gusta, si gemía o chillaba «al follar», qué le gustaría que él le hiciera o cómo le gustaban «las pollas» dando datos el acusado «de la propia» llegando a hablar ya de la posibilidad de «grabar sendos vídeos desnudos y enviárselos en principio sin mostrar las caras». El excapellán, además, insistía en verse a solas con la menor en el domicilio de ésta cuando su madre se encontraba ausente o en comprarle ropa a la menor «para entrar con ella en el probador y estar solos».
Tras concretar su petición de una grabación «metiéndose los dedos y masturbándose», logró que la joven le remitiera «fotos y vídeos de ella vestida, en bikini, en ropa interior e incluso desnuda». Mientras, el acusado también mandó a la menor imágenes suyas con diferentes posturas sexuales y en ropa interior, así como dos vídeos. En el primero, aparece el sacerdote sin que se le identificara con claridad, «se desnuda de espaldas a la cámara y después se vuelve y masajea el pene». En el segundo, fechado el 1 de enero de 2020 sí se le ve el rostro y «aparece desnudo y masturbándose».
«¿Te ha gustado que te toque?»
Al día siguiente, según la narración de los hechos que recoge el fallo, «agarró a la menor aprovechando un descuido de la madre para, con ánimo lúbrico, tocar las nalgas de la menor» y posteriormente escribirle y preguntarle «si te ha gustado que te tocase el culo o te ha molestado?» e insistir horas después con un «ojalá pudiera hacerlo sin disimular». Ya el 6 de enero, en otro de los wasap le reprocha lo siguiente: «Lo que me faltaba... llevo casi un mes buscando la forma de que estemos a solas y tú sólo has puesto pegas y excusas... ».
El fallo también recoge que, tras recibir el vídeo del acusado masturbándose, la menor le reclamó que le compara «una casa a su madre» o le diera 100 ó 200 euros mensuales, algo a lo que se negó el excapellán. A las pocas horas, y «con un defectuoso español», se enviaba otra mensaje al sacerdote en el que se le señala que si no le daba dinero para una casa iban a avisar a la Policía y que acabaría en la cárcel.
Después de tres días de conversaciones, la madre y la tía acudieron a las dependencias policiales para trasladar su versión de lo ocurrido, aunque ese mismo día por la tarde, y ya con un intérprete, decidieron no denunciar los hechos.
Chantaje La víctima, de 13 años, y la madre pidieron al cura que les comprara una casa para no avisar a la Policía