Entrevista telemática.
Cuando Chávez recuperó el poder, en 2002, encomendó a Rafael Ramírez Carreño la tarea más importante del país: manejar el gran y casi único recurso de Venezuela. Ministro de Petróleo y Minería y presidente de Pdvsa, cuatro años después de la muerte del ‘comandante’, en 2017, rompió con Maduro, quien mucho antes le había arrebatado el control del petróleo. Desde entonces no se le ha visto públicamente. La Fiscalía venezolana lo reclama ahora en «siete» causas de corrupción. Atiende a ABC desde su refugio europeo.
—El fiscal general Tarek Saab le ha reclamado públicamente para que responda de varias acusaciones de blanqueo y soborno. ¿Qué tiene que decir? —Estoy exiliado desde 2017, cuando renuncié a mi puesto en Naciones Unidas, y desde entonces he sido víctima de una campaña terrible de persecución. La judicialización de la política se ha convertido en el mecanismo perfecto del madurismo para perseguir a sus oponentes políticos y el fiscal general ha sido el principal autor. La semana pasada me acusó de una cantidad de delitos sin presentar ninguna prueba, pero realmente yo no tengo ninguna causa, ningún procedimiento
Rafael Ramírez atendió a ABC desde su domicilio en un país de Europa, pues no puede regresar a Venezuela por, dice, miedo a que no se respeten los derechos humanos con él abierto, ni en Venezuela ni en el exterior, y debo aclarar que no tengo orden de captura de Interpol. Contacté con Interpol y me dijeron que no se prestan a persecución política. —¿Niega cualquier acusación en su contra?
—Sí. Invito a quien tenga alguna prueba a que la muestre. No tengo ninguna cuenta en ningún sitio, y mira que han buscado, y sigo trabajando en el sector petrolero, Maduro me ataca a mí como chivo expiatorio del desastre de Pdvsa, que la han destruido en seis años.
—Pdvsa fue esquilmada y usted fue su responsable máximo durante una década...
—Venezuela es un país petrolífero que tiene el problema de que ingresa muchísimos recursos de la renta petrolera y las instituciones no son capaces de absorberlos ni de dirigirlos. La corrupción no es ni reciente ni de Chávez, ha sido de todos los gobiernos, y tiene que ver con la debilidad de nuestras instituciones. En nuestro país, en nuestro código penal, la corrupción tiene una responsabilidad personalísima. En Pdvsa hay cien mil trabajadores y 323 empresas. Hubo casos de corrupción y tienen que asumir su responsabilidad, pero igual pasó con Cadivi y con otros… Maduro ha señalado hechos de corrupción en Pdvsa para enlodar toda la empresa. Es igual que decir que porque en la Iglesia hay pederastas el papa Francisco también es pederasta, y eso es muy injusto. El que se haya corrompido, que pague, y que tenga un juicio justo. Yo no tengo nada que demuestre mi vinculación a ningún hecho de corrupción. —Entiendo que descarta ir a Venezuela para defenderse.
—No, no puedo ir. Cuando renuncié en Nueva York a mi puesto de embajador por la represión y los muertos en las calles me llamaron unos militares y me digeron «ministro no venga, porque en cuanto pise el país está usted preso». Si yo estuviera hoy en Venezuela me encarcelarían sin juicio como han hecho con más de cien trabajadores de