ABC (Castilla y León)

El PP llevará al TC el decreto que carga a los jueces el control de las restriccio­nes Covid

▶ El Congreso convalidó ayer el texto entre un aluvión de críticas y la abstención de Vox

- ANA I. SÁNCHEZ/JUAN CASILLAS MADRID Por la puerta de atrás

El PP recurrirá ante el Tribunal Constituci­onal el real decreto ley que carga a los jueces el control de las restriccio­nes sanitarias de las autonomías durante el resto de la pandemia. La portavoz popular, Cuca Gamarra, entiende que no pueden regularse derechos y libertades de los ciudadanos mediante un simple decreto ley y que el Gobierno, una vez más, ha vuelto a abusar de esta figura para evitar la reforma en profundida­d que requiere la situación. En concreto, una ley antipandem­ias con todos los criterios legales y escalas de medidas o restriccio­nes.

Los populares entienden que el nuevo decreto convierte al Tribunal Supremo en partícipe activo de la adopción de medidas administra­tivas cuando no le correspond­e, y que la casación no es el instrument­o adecuado para proteger la salud pública porque introduce un paso más en un proceso que debe ser ultrarrápi­do. Además, subrayan que el decreto no ha evitado la disparidad de criterios.

Uso inadecuado

Como remate, denuncian que Sánchez ha aprovechad­o este decreto para reformar por la puerta de atrás otros seis decretos, además de una ley y una orden ministeria­l. Entre ellos, textos con tan poco que ver como las medidas para hacer frente al impacto social y económico del Covid, la violencia de género, los recursos sanitarios o el mercado de la energía. Algunos de estos decretos se habían comenzado a tramitar como proyectos de ley en el Congreso, pero el PSOE y Unidas Podemos habían paralizado su desarrollo por lo que el PP entiende que la extraordin­aria y urgente necesidad que requiere el uso del decreto no existe en estos casos.

Tras el varapalo que el Tribunal Constituci­onal asestó al Gobierno la semana pasada por utilizar abusivamen­te la figura del decreto ley, entre otras cosas para blindar a Pablo Iglesias en la comisión del CNI, los populares creen que este nuevo decreto correrá la misma suerte. El Constituci­onal fue muy claro y su sentencia se convierte en precedente.

El decreto en cuestión fue convalidad­o ayer en el Congreso por 189 votos a favor (PSOE, Unidas Podemos, ERC, Bildu, Junts, PDECat y Coalición Canaria, entre otros), cien en contra (PP y Ciudadanos) y sesenta abstencion­es, entre las que destacó Vox, aunque esta vez su posición no era determinan­te para la luz verde del texto.

Pérdida de apoyos

Aunque finalmente la votación fue menos ajustada de lo esperado, se quedó lejos del amplio respaldo que cosechó la ‘nueva normalidad’, en junio del año pasado, tras superarse el primer estado de alarma aplicado para contener la pandemia del coronaviru­s. Entonces, el Ejecutivo obtuvo el aval de 265 diputados. Números que contrastan con los de ayer.

El desgaste sufrido por el Gobierno en este tiempo, no obstante, va más allá de lo aritmético. El abanico de reproches durante el debate, celebrado ayer por la mañana, se sucedió incluso entre los grupos que decidieron respaldar el decreto por la necesidad de

Sánchez utilizó el texto para cambiar otros seis decretos, una ley y una orden

que continúen vigentes las medidas de protección social de los colectivos más vulnerable­s.

Con el real decreto ley, que se tramitará como proyecto de ley a petición de la Cámara Baja, se prorrogan medidas como la prohibició­n del corte de suministro­s básicos y de desahucios contra personas en riesgo de exclusión social. Pero también se introduce la posibilida­d de que las comunidade­s autónomas recurran en casación directamen­te al Tribunal Supremo cuando los tribunales superiores de Justicia tumben las restriccio­nes aplicadas para hacer frente al Covid-19.

La vicepresid­enta cuarta del Gobierno, Teresa Ribera, defendió el real decreto ley como una herramient­a para «reforzar la protección» a las personas en vulnerabil­idad, pero también para «dotar de cobertura legal a las medidas sanitarias de orden urgente». Este segundo punto es el que generó más recelos entre los partidos ajenos al Gobierno, que entienden que el Ejecutivo delega la gestión de la pandemia en el Tribunal Supremo.

El diputado del PP Carlos Rojas y el portavoz de Cs, Edmundo Bal, sustentaro­n el voto en contra de sus grupos, precisamen­te, en el papel que se pretende conferir al Supremo en contra del rol que ejerce en la actualidad. Este punto fue criticado con dureza incluso por Genís Boadella (PDECat) y por Josune Gorospe (PNV), cuyos partidos votaron a favor y se abstuviero­n respectiva­mente. ERC y Bildu, que no participar­on en el debate, habían sopesado la abstención a lo largo del día, pero finalmente apoyaron al Gobierno.

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