Fernando Colomo «Tengo una edad muy provecta, ya no practico nada»
El cineasta estrena la película ‘Poliamor para principiantes’, con Karra Elejalde y Toni Acosta
icen que si te dedicas a lo que te gusta, no trabajarás ni un día. Fernando Colomo ha sido arquitecto y político, pero solo su relación con el cine le ha dado la satisfacción suficiente para dedicarle casi toda su vida y quitarle las ganas de jubilarse. A sus 75 años sigue igual de hiperactivo que a los 16 –cuando debutó con un corto–, radiografiando España en clave de humor desde sus coloridas gafas de pasta.
Al mal tiempo le pone buena cara y, cuando las cosas se ponen feas, reparte sonrisas desde la gran pantalla. No falta ironía ni cierta sátira en este Woody Allen patrio, con más de veinte títulos en su filmografía y que sigue defendiendo un género tantas veces subestimado. «La comedia siempre es necesaria. Con toda la represión que llevamos de encierro, tiene un efecto balsámico», cuenta a ABC Fernando Colomo, que defiende el arraigo de un género en el que «el cine español siempre se ha apoyado». «Los Tony Leblanc o Antonio Ozores de la época hacían más que Gary Cooper y Paul Newman», alardea.
En su nueva película, ‘Poliamor para principiantes’, Colomo subvierte los roles tradicionales de la familia, con un Karra Elejalde convertido en ‘amo de casa’ y mánager de su hijo ‘youtuber’ (Quim Ávila), un nini de 28 años vestido de Power Ranger que reflexio
D‘POLIAMOR PARA PRINCIPIANTES’
Dirección: Fernando Colomo. Intérpretes: Karra Elejalde, Toni Acosta, Quim Ávila, María Pedraza. ernando Colomo es un director muy conocido y reconocido por su manejo de la ligereza y por su pretensión de, con ella, encontrarle la risa al público. Salvo excepciones, no muchas pero sí notables, lleva casi medio siglo y treinta películas en la tarea de sacarle brillo a un tipo de comedia cercana, de barrio, de ciudad y de coyuntura y actualidad, de tal modo que el neologismo, la expresión reciente y aceptada, es el mejor aderezo para las historias que cuenta. En esta que ahora estrena, el neologismo aparece ya en el título, ‘poliamor’, esa novedad (¿?) en las relaciones amorosas que simultanean consciente y alegremente varias personas de multivariada especie y condición en lo tocante a lo sexual.
Colomo se aprovecha de las posibilidades cromáticas y traviesas del neologismo para construir una comedia de enredo en el lugar más divertido, una familia convencional: el padre, Satur; la madre, Tina, y el ‘niño’, Manu, un treintañero apalancado en casa, de profesión ‘youtuber’ remendón y que se debate entre el simple amor repipi y el arduo y enmarañado
Fpoliamor que practica la mujer de sus sueños. Es interesante comprobar en qué lugar se coloca el director (o sus personajes) ante esta práctica, digamos revoltosa, de establecer relaciones sentimentales y sexuales: primero mediante un cierto recochineo y la provocación de situaciones absolutamente descacharrantes, como la participación del padre y del hijo en un ‘encuentro’ explicativo de los detalles y pormenores del poliamor (el momento más logrado y disfrutable de toda la película y difícil no mondarse con él), y después, a medida que avanza el argumento, con un acercamiento más complejo y profundo (aunque sin perder la cara de guasa) sobre aspectos como los equilibrios y fidelidades, el respeto o la inmersión.
Cualquier tentación moralista al respecto, Colomo la espanta mediante ese manejo de la ligereza al que aludíamos al principio, y con la precisa elección de unos actores capaces de contener esa ligereza a la vez que ‘peso’, algo que Karra Elejalde le regala a la pantalla con total naturalidad, un actor que llama a la risa como el dueño a un perro bien educado, silba y viene. Y a su vera, Toni Acosta, Quim Ávila, María Pedraza … Es cierto que ‘el asunto’ da para otros tonos, honduras y complicaciones, y que el guion se resuelve como los pactos, por consenso, pero Colomo es un director listo, que siempre mira al espectador y que sabe nadar entre dos aguas. na sobre el amor romántico en internet mientras su madre, Toni Acosta, mantiene a la familia. Pero también escudriña a una sociedad sometida a las redes sociales –«estamos con esa enfermedad del famoseo, es terrible»– y empeñada en ponerle nombre a todo. «Hay muchas etiquetas. El poliamor tiene mucha teoría, un lado muy burocrático», reconoce el cineasta, que convierte el filme, con María Pedraza, en un diccionario para novatos: compersión, unicornio, pareja principal, vértice...
La cinta surgió después del estreno de ‘Isla bonita’, hace seis años. «Leí comentarios en internet que decían que tocaba el poliamor; era una palabra que desconocía y me interesó», asegura el director, que investigó, habló con «una chica poliamorosa» y acudió a jornadas de puertas abiertas. «Me daba un poco de corte ir solo