Aragonès, investido pero maniatado por Lledoners, Junts y la CUP
▶Junqueras escenifica su tutela sobre el nuevo jefe del Ejecutivo regresando al Parlament en un permiso carcelario ▶Posconvergentes y antisistema prometen encorsetar la promesa de diálogo que abandera ERC
Pere Aragonès es ya el nuevo presidente de la Generalitat de Cataluña. A la espera de que su nombramiento sea publicado en el BOE y solemnizado en una toma de posesión que tendrá lugar el lunes, su mandato empezó ayer maniatado por tres actores: Oriol Junqueras, Junts per Catalunya y la CUP. Todos ellos ya han avisado por distintas vías que no dejarán mucho margen de maniobra al nuevo jefe del Ejecutivo catalán para que pilote a solas una nueva era en el ‘procés’ que se promete «de cambio» tras años de parálisis y política de gesticulación, retórica inflamada y simbología.
Oriol Junqueras, líder de Esquerra preso en Lledoners (Barcelona), dejó claro ayer por la mañana que aspira a tener un rol relevante en esta nueva etapa en la que la sala de mandos del independentismo pasa a manos republicanas por primera vez. Lo hizo escenificando una pomposa llegada al Parlament por la escalera noble, entre aplausos y recibido por diputados y consejeros mientras Aragonès seguía defendiendo su elección ante un hemiciclo casi vacío. Trajeado y con el puño en alto, el líder de ERC se dejó agasajar por los suyos y, ante las cámaras, declaró que era «un gran día».
Dentro de la cámara, algunos oradores aprovechaban la escena para recordar a Aragonès que su mandato empieza, otra vez, marcado por la duplicidad de legitimidades que ha ido multiplicando el soberanismo desde hace años. «En la legislatura anterior constituyeron la figura de tres presidencias: la legítima, de Carles Puigdemont; la simbólica, de Quim Torra, y el presidente limitado, que fue usted», afirmó el líder del PPC, Alejandro Fernández. «En esta legislatura pasa a ser el presidente honorífico y teledirigido por Waterloo y Lledoners», resumió el popular tras acusar a ERC de volver a «degradar» la presidencia.
Visitas institucionales
Junqueras y el resto de presos se aprovechan de que no hay un límite de ‘visitas institucionales’ que pueden recibir en la cárcel –a diferencia de las familiares– y han convertido Lledoners –con permiso de Waterloo– en el verdadero despacho del separatismo.
36 días de permiso
Pese a que la Justicia abortó la pretensión del Govern de dejarlos en semilibertad, devolviéndolos a segundo grado, todos ellos disponen de 36 días al año de permisos ordinarios por haber cumplido ya una cuarta parte de sus condenas. Su participación en actos políticos es constante.
A pesar de las críticas y las sospechas sobre el rol que tendrá Junqueras en el día a día del nuevo Govern, en ERC prometen por activa y por pasiva que Aragonès no será un presidente ‘vicario’ como lo fue Quim Torra. De hecho, fuentes de la formación aseguran que el líder de ERC, inhabilitado por el Tribunal Supremo hasta 2031, ha preferido estos últimos años cultivar un rol de referente político, y hasta moral para algunos, y dejar trabajar con relativa libertad a sus subordinados en el Govern. «No es alguien de estar encima de los temas de gobierno», explican a ABC desde la formación. «Junqueras está para las grandes directrices, la línea estratégica, pero no para el día a día ni mucho menos. En ese sentido es muy respetuoso», añaden.
Apoyos y exigencias
Además del encaje que se dé a la voz de Junqueras desde Lledoners, Aragonès deberá hacer grandes equilibrios para mantener a flote su estra