Desigualdad, el reto de un país que intenta modernizarse
La economía marroquí depende de sus exportaciones a la UE, sobre todo en el sector agrícola (13% de su PIB)
El año de pandemia de coronavirus ha afectado a todos los países del mundo y ha condicionado el proceso emprendido por Marruecos de cambio de modelo de desarrollo en su economía para afrontar el mayor reto que amenazaba la estabilidad y la modernización del país, como es la desigualdad.
Fue el propio rey Mohamed VI quien impulsó la reforma. En su discurso del Trono del 30 de julio de 2019, un día antes de cumplir 20 años como rey, reconoció y lamentó, que los frutos económicos de su reinado no hayan llegado a todas las regiones y clases sociales del país, y dispuso la formación de un comité para diseñar un nuevo modelo de desarrollo.
Lucha antiterrorista
Pocos meses después, la aparición del coronavirus ha paralizado, durante al año 2020 casi totalmente, la actividad económica, las fronteras se mantienen cerradas con lo que su importante industria turística ha sufrido notables pérdidas y sus consecuencias se pudieron observar en la llegada de miles de jóvenes a la frontera con Ceuta con la ilusión de cruzar a España para buscar mejores condiciones de vida. El cese del tráfico de las porteadoras por el cierre de la frontera durante los últimos meses ha significado que miles de personas de la región sufran muchas dificultades en su vida diaria.
En esa región se concentraban algunas células islamistas radicales con conexiones con el terrorismo del Daesh. La actuación antiterrorista de los servicios de seguridad marroquíes es clave para evitar la actuación terrorista en Marruecos, así como su cooperación con la UE y muy directamente con España donde hay intercambio de jueces y policías en cada uno de los países.
Marruecos sufrió en 2003 un gran atentado en la Casa de España de Casablanca con 43 muertos y otro en 2011, en el café Argana de Marrakech con 17 fallecidos. Con ocasión de trasladar personalmente el pésame al pueblo marroquí y a su rey, Juan Carlos I se desplazó a Marrakech y además de trasladar las condolencias pudo solucionar con Mohamed VI una de las crisis más graves entre España y Marruecos de los últimos años. La relación entre las Casas Reales de los dos países sigue siendo clave. A pocos kilómetros de Ceuta se encuentran ciudades como Tánger y Tetuán con un desarrollo económico y social impresionante. Es uno de los principales polos de desarrollo en Marruecos, junto con Casablanca, para lograr un crecimiento económico del 4,4% en 2021, frente a la caída del 5,8% en 2020. Entre los sectores principales de su actividad Tanger Med, el gran puerto ya ampliado que está logrando grandes cuotas en el Mediterráneo; las fábricas de coches de Renault-Nissan y de PSA y de sus derivados como la planta de la empresa española Antolín y tren de alta velocidad inaugurado en 2018 entre Tánger-Casablanca-Rabat.
Energías renovables
Otra de las obras emblemáticas es la construcción de la central solar Noor en Uarzazate. Marruecos ya dispone del 35 por ciento de la energía con renovables. El gran teatro y el puente de Rabat son grandes obras que representan la modernidad con el respaldo de un crecimiento económico que en los últimos 20 años ha sido de una media del 3,5 por ciento.
Para conseguirlo este año, Mohamed VI ha vuelto a sorprender con decisiones arriesgadas pero efectivas. Emprendió la campaña de vacunación contra el Covid a finales de enero y ya cuenta con más del 12 por ciento de la población vacunada. No llegan a 10.000 las personas fallecidas por el virus. Diversificó su economía acometiendo reformas estructurales, incrementó el sector industrial en automoción, electrónica, aeronáutica, dispuso de exenciones fiscales para atraer inversiones y adoptó ayudas empresariales. Es cierto que depende del buen tiempo y de sus exportaciones a la UE, sobre todo en el sector agrícola, el 13 por ciento de su PIB; y que, como el propio rey recono