LOS GRANDES EMPRESARIOS Y LAS POLILLAS DEL TIEMPO AJENO
Hoy todo es mirar al año 2050 para que nadie repare en las tropelías del día a día. El juego de la silla no ha hecho más que empezar. La de Indra ya se está rifando. No hay asiento para todos. Uno quiere quedárselo todo. ¿Adivinan quién? No tengan prisa,
Pquiere eludir su responsabilidad con el presente viajando al futuro, para que nos fijemos en el dedo que señala la Luna y no a la Luna. El presidente es un maestro en el arte de hacer perder el tiempo a los demás, porque así cree ganarlo él. Y en estas que se inventó el «España 2050». Todo un planazo. Sobre todo para los invitados. La flor y nata del tejido empresarial español. Aunque, curiosamente, para muchos no era el día adecuado y no acudieron. La excusa: citas ineludibles agendadas desde hacía meses, o semanas, o apenas días –¡qué más da!–, por lo que tuvieron que declinar la invitación, eso sí, trasladándola a algún representante de los suyos, por no hacer el feo completo al anfitrión. Bueno, no todos. El caso es que luego, si eso, que los emisarios de cada cual hagan una síntesis de las casi 700 páginas del documento o de las dos horas del ‘Club de la Comedia’ en el que se convirtió el evento. Aquello fue todo un jolgorio: una ‘youtuber’, un economista de la cuerda, una estudiante, una jubilada... y el presidente. Puro activismo marketiniano. Y todo en el Museo Reina Sofía para seguir, sibilinamente, ligando su nombre al de la realeza, que nunca se sabe. ¡Y los convidados de piedra que no falten! Los periodistas, pero encerrados en una sala aparte, viendo todo en pantallas. Convenientemente alejados no fuera a ser que incomodaran al con preguntas sobre la crisis con Que no tocaba claro.
Era tal el interés que el resiliente del Gobierno había puesto en la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia –uno de los brillantes encargos del propio presi a su gurú de cabecera, Iván Redondo, con la que el país pueda mirar al futuro, pero a largo plazo– que tuvo que referirse a su director como «Diego, el de la Oficina»(Diego Rubio, Sr. Sánchez, para su conocimiento), como quien se acuerda de «Paco, el del bar» o «Josefa, la de la bonoloto». Ahora que lo más preocupante, con todo, fue el hecho de haber reservado cinco dígitos para acercarse al año 2050, presentado ahora como 02050 por arte de ‘Imaginería Redondo’, como si fuera el número agraciado del cupón de la ONCE o el código postal del País de Nunca Jamás. Peor aún, porque puede ser la muestra palpable de que esto es solo el comienzo y que de esta forma las polillas del tiempo ajeno preparan ya nuevas entregas con mayor margen de maniobra: 02099, 25497 o, la niña bonita, el 00015. Que en la rifa de Sánchez siempre toca, si no es un muñeco es una pelota.
Lo interesante eso sí, más que los que acudieron puntualmente a la cita (Ignacio Galán, presidente de Iberdrola; el de BBVA, Carlos Torres; el primer ejecutivo de Telefónica, José María Álvarez-Pallete; el de Mapfre, Maurici Lucena, presidente de Aena; Josep Oliu, presidente de Sabadell; Ignacio Garralda de Mutua Madrileña)... los que no. Porque no estaba ni el presidente de Inditex, Pablo Isla; ni el dueño de Mercadona, Juan Roig; ni Isidro Fainé, presidente de la Fundación Bancaria La Caixa y Criteria. Tampoco estuvieron por allí habituales en otros foros como el
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Gallego, que sí aceptó, tampoco acudió ninguno del resto de los empresarios de un sector maltratado sin sentido por el Gobierno: el turismo. ¡Ah! ni Fernando Abril-Martorell, presidente aún de Indra, conocedor de la decisión de su consejo (la SEPI en él, no lo olviden) de destituirle, como se supo justo un día después de la llamada a capítulo del 2050. Todo un aviso a navegantes: quien ose llevar la contraria a La Moncloa con los ERE ya sabe lo que le tocará… ¡la lotería, claro! Porque casualidad (¿o causalidad?, siempre me lío) o no, la decisión de atender otros menesteres se produce apenas dos semanas después de que hasta tres ministros –Calviño, Escrivá y Díaz– criticaran los despidos y los sueldos en la gran empresa. Ojo avizor pues el resto. Pues... atentos quienes no acudieron a filas, que si le damos una vuelta la razón la deducimos cualquiera...
Y es que todo hoy es mirar a 2050 para que nadie se fije en las tropelías del día a día. Cual carteristas: te distraen preguntando una memez para ‘guindarte’ la cartera. Que vienen otros pidiendo pista. Una nueva generación de empresarios y empresarias, amigos –sin corbata y con barba de tres días–, y amigas. Los Rosauro Varo, Javier Hidalgo, Pepita Marín... En la buchaca ya: Red Eléctrica, Renfe, Hispasat, Paradores, Aena… El juego no ha hecho más que empezar y no hay sillas para todos. Bueno, solo hay para uno. ¿Adivinan para quién? No tengan prisa. Tiene hasta el ‘02050’ para averiguarlo.