Un tipo tranquilo... y moderado
Juan Espadas
odo el mundo sabía que se iba a presentar a las primarias para rivalizar con Susana Díaz desde enero de 2020... menos él. O eso es lo que asegura Juan Espadas (Sevilla, 55 años) quien defiende que decidió dar el paso hace pocos meses tras lo más duro de la pandemia y viendo el modelo de oposición que estaba llevando a cabo su partido en Andalucía después de perder la Junta. Espadas tiene un perfil completamente diferente al de Susana Díaz. Es un hombre tranquilo, afable pero poco dado a alharacas. Y, precisamente por eso, tampoco es un hombre que entusiasme o levante a las masas y mantiene la vitola de moderado.
Tampoco es un recién llegado. Pertenece a esa generación de socialistas que se criaron en la Junta gobernada plácidamente por el PSOE, técnicos que fueron, poco a poco, ascendiendo a políticos. Su primer cargo fue el de jefe de gabinete del presidente de la Agencia de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía en el año 1990 y a partir de ahí estuvo trabajando para la administración
Tandaluza hasta 2010, después de haber sido consejero dos años. Es alcalde de Sevilla desde 2015 después de que José Antonio Griñán, entonces secretario general, deciciese ‘jubilar’ a Alfredo Sánchez Monteseirín.
Ahora Espadas dice que quiere volver a hacer lo mismo que entonces, «unir al PSOE y ganarle a la derecha», pero esta vez en la Junta de Andalucía. Este es el lema de su campaña, «un PSOE unido para volver a gobernar».
No ha tenido cargos orgánicos, más allá de ser vicesecretario del PSOE de Sevilla en la ejecutiva que Susana Díaz diseñó a su medida. En el debate de las primarias, Espadas le reprochó el abandono del partido, «nos has tenido dejados», una crítica que comparten todos los que censuran la gestión de Susana Díaz. Y precisamente ahí está una de sus fortalezas.
La contestación de los militantes a Susana Díaz lleva más de un año gestándose en múltiples foros y han encontrado en Juan Espadas el líder que aune a todos los descontentos. Muchos quienes ahora lo apoyan reconocen que no lo conocían. Hasta ahora.