ABC (Castilla y León)

La peor tarde de Dinamarca

▶Menos de dos horas después del susto de Eriksen, se retomó el partido y Finlandia, en su único remate, amargó a su rival, que encima falló un penalti

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Pero la pesadilla de Dinamarca y de los daneses vivió un nuevo episodio con el inesperado gol de Pohjanpalo (min. 60) cuando Finlandia soñaba con mantener el empate inicial, y con un penalti fallado por Hojbjerg (muy dudoso tras una caída de Poulsen). Lo telegrafió el danés y lo blocó Hradecky. Curiosamen­te, el penalti lo tendría que haber chutado Eriksen, encargado de todas las jugadas a balón parado. Nada le salía bien a la Dinamita Roja, superada por la ansiedad y por la contundenc­ia finlandesa en los últimos minutos. Sorpresa en Copenhague, pero entendible por la situación anímica y mental en la que se disputó la segunda parte.

Hasta entonces, Dinamarca había tratado de cumplir el guión inicial. Los hombres de Hjulmand iniciaron el partido avasalland­o a la débil Finlandia, que empezó metiendo dos balones al área. Un espejismo. Solo tardó seis minutos en tener la primera oportunida­d Dinamarca con un centro al primer palo de Eriksen que Braithwait­e chutó de manera defectuosa. Un minuto después la ocasión fue para Eriksen desde la frontal, pero se encontró con los felinos reflejos de Hraadecky, que pudo despejar a córner. Finlandia le vio las orejas al lobo y se cerró dentro de su área. Wind, a los 12 minutos, tuvo otra ocasión al rematar fuera de cabeza desde dentro del área y al cuarto de hora volvió a aparecer Hradecky para desbaratar otro cabezazo de Hojbjerg. Quince minutos disputados y el mejor del partido estaba siendo el portero finés. Eriksen, Delaney y Braithwait­e volvieron a disponer de nuevas oportunida­des, pero el marcador no se movía. Hasta que llegó el drama, el desmayo de Eriksen y la suspensión momentánea del encuentro.

La reanudació­n fue un calco de la primera parte. La tela de araña diseñada por Markku Kanerva estaba dando resultado y a Dinamarca le entraban las prisas, lo que se traducía en decisiones precipitad­as, errores y remates defectuoso­s. Finlandia no pasaba del centro de su campo y la presión danesa era asfixiante pero sin premio. Pero estaba escrito que no era el día de Dinamarca y Pohjanpalo confirmó la pesadilla con un gol en el único disparo finés a portería de todo el partido. Magnífico centro a la cabeza del delantero, que impactó tan fuerte y cerca de Schmeichel que, aunque el balón iba bastante centrado, no pudo despejarlo. Respeto total de Pohjanpalo, que frenó en seco su celebració­n consciente de que el único triunfo digno de reseña era el de Eriksen desde el hospital.

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