Los beneficios psicológicos de la presencialidad
Con la llegada de la inmunidad de rebaño gracias a las vacunas del Covid-19, la apertura de fronteras, el fin del estado de alarma y, por consiguiente, la vuelta a la normalidad prepandémica, se nos plantea la duda de si la recuperación del trabajo presencial aporta beneficios desde un punto de vista psicológico y emocional frente al teletrabajo y cuáles serían estos. Diversos estudios muestran que estar y sentirse perteneciente y parte de un grupo o una comunidad son indicadores de salud mental, por lo que recuperar el contacto social y las relaciones sociales en el puesto de trabajo sí es una variable fundamental en el bienestar de la persona. Otros de los beneficios a destacar del trabajo presencial frente al teletrabajo son la disminución del sentimiento de soledad que en ocasiones pueden sentir los trabajadores en remoto con una escasa red de apoyo, la mejora de la comunicación entre equipos y departamentos, la disminución del estrés y la ansiedad de cara a la conciliación familiar y laboral, el aumento de la productividad y la disminución de la procrastinación.
Lo que no podemos pasar por alto es el impacto psicológico que la vuelta al trabajo presencial puede suponer también en el individuo, por lo que lo más recomendable sería primero comunicar a los empleados la intención de la vuelta a la oficina, para hacer después una evaluación personalizada. En caso de que se detecten altos niveles de ansiedad y/o un miedo intenso en la persona a la hora de regresar a la oficina, esta vuelta al trabajo presencial ha de hacerse de forma flexible, paulatina y poco a poco con el objetivo de que la persona se vaya acostumbrando y minimizar en gran medida el posible impacto.