La odisea de ser independiente en un mar de plataformas
▶Los productores de algunos de los títulos más importantes del cine español analizan el presente de la industria ▶Apuestan por historias con voz propia frente a productos diseñados por un algoritmo que repite patrones de éxito
Hablar del productor independiente en España es recordar nombres romantizados por su leyenda como Elías Querejeta. La figura de un enamorado del artefacto cinematográfico que era capaz de hipotecar su casa para sacar adelante la película que soñaban apellidos como Saura, Erice o León de Aranoa. «El productor independiente ya no existe, están todos trabajando para las plataformas», lamentó en estas páginas Fernando Trueba sobre esa figura desconocida por el público pero que sirve de pararrayos, bastón y acicate de los cineastas más libres. Aunque el propio Trueba quiso poner algo de esperanza: «Los independientes surgen debajo de las piedras, son como un tipo de planta que aunque la quieran extirpar acaba saliendo», aseguró mientras tarareaba los versos de su admirado Georges Brassens, eso de «yo soy una mala hierba». Porque frente al cine de consumo masivo desde la multitarea del sofá, todavía resisten productores que pelean por encontrar historias que pasen por el espectador no como una moda sino como una experiencia para recordar.
«Todos bebemos de la iconografía de Querejeta, nos sentimos sus aspirantes en cuanto a resultados, a cómo entendía el cine y la relación con sus autores», señala Valerie Delpierre, productora de ‘Verano 1993’ y ‘Las niñas’. Enrique López Lavigne, poliédrico productor de, entre tantas, ‘28 semanas después’, ‘Lo imposible’, ‘Oro’ o ‘Verónica’, añade: «[Como Querejeta] aún algunos románticos buscan, buscamos, explorar caminos nuevos fuera del algoritmo. El productor independiente en la nueva era gobernada por las plataformas es un lince ibérico en vías de desaparición», resume con un aforismo (casi) desolador.
Con algo menos de misticismo, Álvaro Longoria (Goya a la mejor película y rey de la taquilla con ‘Campeones’) pone el acento en la vorágine en la que viven hoy día: «Antes parecía que el productor era el banquero; ahora somos empaquetadores, controladores y fabricantes», señala el también presidente del Club de Productores Europeos, que explica los dos modelos de trabajo del momento: «La relación con las plataformas lo ha cambiado todo: si haces un original, se parece más a un encargo de los que antiguamente hacía la televisión; la plataforma participa activamente en el contenido. Si es una producción independiente, no; el cliente confía en tu criterio». Dos formas que Lavigne resume de manera gráfica: «Están los productores que juegan al casino y hacen sus apuestas y los que reciben el encargo de ir a un casino virtual con las fichas de otro. También los hay que juegan en los dos escenarios, adaptándose al nuevo paradigma».
Pese a la sobreproducción de las plataformas, los autores independientes han podido llegar al público. Y han sido premiados. «Mire los Oscar de los últimos años», señala Fernando Riera, productor de las aplaudidas ‘La librería’ o ‘El ciudadano ilustre’, entre otras, recordando el éxito de ‘Parásitos’ o ‘Nomadland’.
Pero la realidad es que parece que estas películas son las excepciones a una regla ya implantada: que Netflix, Amazon, HBO... crean contenido basado en lo que ya han visto sus suscriptores. «Una vez detectado el gusto del cliente, el objetivo es hacer un traje a medida, y para eso se prioriza la figura del Line Producer, que opera en colaboración con la plataforma. Esto se ha agudizado tras la pandemia a consecuencia de la avalancha de productos audiovisuales al alcance de un clic», remata Lavigne.
Frente a esa dictadura del clic, cineastas como Andrea Vázquez, productora de ‘Lo que arde’, apuestan por una obra manufacturada como en los viejos tiempos: «Por mucho que se empeñen en hacer productos ‘a, b y c’, siempre habrá una grieta por la que se cuele la parte más esencial del cine, porque son historias que tienen que ver con la naturaleza humana». Por esa grieta se coló ‘Las niñas’, que arrasó en los últimos Goya y firmó una taquilla más que meritoria en mitad de la pandemia. Álex Lafuente, uno de sus productores junto con Valérie Delpierre, no cierra la puerta a futuras colaboraciones con plataformas, aunque en realidad cree que hay una tercera vía: «Tenemos que abrir puertas y caminos, y no sé si necesariamente pasan por las plataformas, interesadas en un tipo de contenido que no es necesariamente el que los productores independientes queremos hacer. Creo que pasa por sinergias entre productores españoles o por mirar fuera, a Europa». Pone como ejemplo las grandes cintas de autor que triunfan en los