Jugarse la vida en brazos del huracán
▶ Épica pelea de El Juli contra la furia del viento en una tarde meritísima de la terna
En brazos del vendaval se jugó la vida El Juli. Imposible dominar los trastos en el cuarto toro. Solo los locos podían seguir adelante con el festejo en medio de tan peligrosa adversidad. Pero no, no se suspendió. Y Julián López fue Quijote y Sancho, arriesgando con un valor incontestable y raza de primerísima figura. Cada embestida –no de ‘Consejero’, sino del viento– provocaba un «¡ay!» de angustia. La arena dibujaba tornados y la muleta era una bandera ingobernable, pero nada pudo con el huracán ‘julista’, con mando superior. Bárbaro el madrileño, que se ganó dos orejas de ley con inagotable ambición.
Ya antes el Rey del Perú se había enfrentado al impetuoso torbellino. Hizo honor a su apellido y fue una Roca,
Domingo, 13 de junio de 2021. Casi lleno. Toros de Domingo Hernández y Garcigrande, de juego variado.
de verde oliva y oro. Dos pinchazos y estocada (saludos). En el cuarto, media defectuosa (dos orejas).
de azul pavo y azabache. Estocada (dos orejas). En el quinto, estocada (oreja).
de pizarra y oro. Estocada delantera desprendida (oreja). En el sexto, estocada desprendida (oreja). aguantando las tarascadas de Eolo mientras conducía con aplomo el viaje de ‘Cuerdecito’. Con admirable sinceridad se entregó en una faena meritísima. Si a derechas ya era difícil, la tela ondeaba cuando quiso probar el pitón zurdo. Un espejismo fue aquella misión, apta solo para un corazón muy valiente. La oreja, pese a no ser la más demandada, tuvo mucho peso. La ventolera continuó en el colorado sexto. El capote se hacía un ovillo y aquella verónica solitaria supo a gloria mientras arreciaba la lluvia. Roca brindó al público, que se refugió en gradas y palcos del desapacible temporal. Y adelantó la muleta otra vez con una firmeza suprema. Menos mal que el animal –con el que logró un trofeo– obedecía, tónica de un variado conjunto ganadero de Domingo Hernández y Garcigrande.
El airazo se había levantado cuando El Fandi saludaba al tercero con una larga cambiada. El granadino revolucionó en banderillas, con la gente en pie tras el violín. Embestía con todo este ‘Buenecito’, pronto y con transmisión. El estoconazo desató la pañolada y le obsequiaron con dos orejas en su 40 cumpleaños. Otra más paseó con su valerosa disposición en el quinto.
La corrida se estrenó con un toro en el umbral de los seis años, ‘Narrador’, con el que El Juli tuvo una historia de poder que contar. Escarbaba y tardeaba el castaño, pero cuando acudía a la muleta repetía gracias a la sobrada técnica de su matador, que lo hizo todo a favor del bruto. La máxima verdad estaba por llegar en la épica pelea de los toreros contra la furia del viento.