ABC (Castilla y León)

Djokovic reconquist­a el mundo

▶Ante un gran Tsitsipas, suma su segundo Roland Garros y es el primero en lograr, al menos, dos títulos de los grandes Se queda a solo un gran título de Nadal y de Federer (20)

- LAURA MARTA ENVIADA ESPECIAL A PARÍS

En 2016, ganado por fin Roland Garros, Novak Djokovic descubrió el vacío. Tantos años construyen­do el objetivo de alcanzar los cuatro grandes títulos que, una vez en sus manos la Copa de los Mosquetero­s, la ilusión se acabó. Había conseguido todo lo que se había propuesto, y le costó entender que, aún así, todavía faltaba muchísimo. Tardó casi un año en reconducir los anhelos y seguir adelante, y delante solo tenía a Rafael Nadal y a Roger Federer. Y los convirtió en sus nuevos retos. Conquistad­o ayer su segundo Roland Garros tras superar las extraordin­arias maneras de Stefanos Tsitsipas, remontar dos sets y activar el modo número 1, más paciente que nunca, en una final de cuatro horas y 11 minutos, se queda, con 19, a uno de sus archienemi­gos. Construye, eso sí, su propia marca, pues es el único tenista masculino en la Era Open (desde 1968) que consigue al menos dos veces cada gran título. En la antesala del tenis profesiona­l lo lograron Rod Laver y Roy Emerson.

Cuando Djokovic ganó su primer Abierto de Australia, en 2008, Nadal tenía en su vitrina tres Roland Garros (2005, 2006 y 2007) y Federer atesoraba 5 Wimbledon, 3 Abiertos de Australia y 4 US Open. El serbio, entonces, apuntó hacia el español, y como este se puso de reto alcanzar al suizo, los tres, al final, protagoniz­an esta preciosa batalla por la eternidad. Federer no sumó su noveno el de Basilea ese noveno Wimbledon de 2019 con dos bolas de partido; apartado Nadal de la decimocuar­ta final en París 2021, por el mismo hombre, Novak Djokovic.

Superado el gran reto de vencer al balear en París, mostró su lado más «No quiero parar aquí, quiero volver a ganar París una o dos veces más. He logrado cosas que mucha gente me dijo que no lograría. Ojalá pueda mantener la confianza de París para Wimbledon y alcanzar el Golden Slam».

9 ABIERTO DE AUSTRALIA.

2008, 2011, 2012, 2013, 2015, 2016, 2019, 2020 y 2021.

5 WIMBLEDON.

2011, 2014, 2015, 2018 y 2019.

2 ROLAND GARROS.

2016 y 2021.

3 US OPEN.

2011, 2015 y 2018. campeón, ni un aspaviento en esta final de máximos, porque para uno supone levantar su entorchado 19, en 29 finales, y hacerse único en la Era Open, con 34 años, y para el griego hubiera supuesto estrenar palmarés, con 22. Y eso que presentó inspiració­n y valor Tsitsipas, ni un atisbo de vértigo. Contumaz y atrevido en su primera gran final, desenfunda­do el florete para golpear profundo, y angulado, de derecha y de revés, y finísimo a la hora de las dejadas y las voleas; arte en movimiento, nada que ver con la tosquedad de algunos de sus congéneres.

La final se jugó en las esquinas, procurando uno y otro desestabil­izar al rival sacándolo de su puesto, igualdad en arrojo, potencia y control. Tsitsipas sacudió nervios igual que a la pelota, despejó una bola de set con una derecha que iba cargada de intención: ‘no tengo miedo’. Y no tembló cuando la opción fue para él. Una hora y 9 minutos para el primer parcial. Todavía más directo el segundo, dos breaks para soñar en grande y en 32 minutos.

Pero le había costado mucho al serbio llegar hasta este momento; sobre todo esa final de 2020 con la que seguro tuvo pesadillas. Sabe mejor que nadie lo que cuesta el camino y lo largos que se pueden hacer cinco sets. Se fue a cambiar de ropa al vestuario y ajustó entonces la derecha, que no parecía herir a Tsitsipas. Cuatro bolas de rotura que se trabajó en el cuarto juego, salvadas con entrega y fe por el griego, y una quinta con la que encontró, otra vez, el resquicio para respirar y comenzar el contragolp­e.

Si contra Nadal tuvo que hacer mucho y más, no le fue más sencillo con el griego. Pero halló la fórmula, claro, para ganarse una vida más, tercer set a favor con una marcha más de agresivida­d, más lejanos los golpes, en busca de la línea, sobre todo con el resto, para no dejar que el rival armara el brazo y se lo acabara de creer.

La parte baja de la espalda de Tsitsipas concentró tanta tensión que requirió la ayuda profesiona­l. Y lo adormeció un rato, un cuarto set desvanecid­o porque empezaron a fallar fuerzas y había prisa para terminar cuanto antes. El cuerpo exigía sacarse la presión. Pero Djokovic apaciguó el partido. Impuso su ritmo. Es número 1 más semanas que nadie por trucos como este. Para mostrar el resurgir y empezar a empequeñec­er a Tsitsipas, ya demasiado al límite, el 3-0 llega con una dejada fruto de la genialidad, la sangre fría y la ambición. No presionó más el de Belgrado, pero le bastó para llevar la final al quinto set. Y atacó pronto en ese, mermado Tsitsipas, al que le quedó el único consuelo de levantar una bola de partido y la decepción; su partido impecable se desdibujab­a.

Honor en la derrota, no obstante, para el más aventajado de los jóvenes. Y honores en la victoria. Djokovic se hace único y acecha ya a un solo Grand Slam de Nadal y Federer. El reto del Golden Slam (los cuatro grandes en el mismo año) sigue vivo.

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// EFE
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