ABC (Castilla y León)

La revancha de Daniel Ortega contra la disidencia sandinista

▶ La Policía de Nicaragua detiene al exguerrill­ero Hugo Torres, que liberó de la cárcel al líder sandinista en 1974

- SUSANA GAVIÑA

El régimen de Daniel Ortega continúa deteniendo a opositores. Si hace dos semanas se cebó con los precandida­tos a la Presidenci­a en las elecciones del próximo mes de noviembre, deteniendo a Cristiana Chamorro, Arturo Cruz, Félix Maradiaga y Juan Sebastián Chamorro, en los últimos días la Policía orteguista ha arrestado a ocho líderes opositores. Cinco de ellos son militantes del partido Unión Democrátic­a Renovadora (Unamos), anteriorme­nte conocido como Movimiento Renovador Sandinista (MRS). Dicha formación, fundada en 1995, era una escisión del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y estaba integrada por sandinista­s que cuestionab­an las políticas de Ortega. El primer presidente de MRS fue el escritor Sergio Ramírez, que antes habiá ejercido como vicepresid­ente durante el primer gobierno sandinista (1985-1990).

Entre los detenidos este fin de semana se encuentran la actual dirigente de Unamos, Suyen Barahona, así como las exdirigent­es Tamara Dávila, Ana Margarita Vigil y la exguerrill­era Dora María Téllez, que fue comandante del Frente Sandinista, y ministra de Salud del primer gobierno del Frente Sandinista (1979-1990). Téllez había denunciado hace días, a través de la redes sociales, la detención de los precandida­tos a la Presidenci­a: «Ya los «jueces», verdaderos sicarios, tienen hecho el machote. Solo ponen el nombre del nuevo preso».

Horas más tarde del arresto de Téllez, era detenido Hugo Torres, exgeneral del ejército sandinista, de 73 años, y vicepresid­ente de Unamos. Consciente de que iba a ser apresado, Torres tuvo tiempo de grabar un vídeo: «En una acción, un comando de tres mujeres y diez hombres nos jugamos la vida para liberar a los presos políticos, entre ellos Daniel Ortega hoy la paradoja de la vida está en la naturaleza de alguien que perdió sus principios como Daniel Ortega, la persona que ayudé a liberar hace 46 años sea hoy mi captor. En la dictadura de los Somoza logré evadir caer preso, en el asalto al Palacio Nacional igualmente nos jugamos la vida Dora María y yo con otra cantidad de compañeros para liberar de la prisión a 60 compañeros que estaban en las cárceles Tomás Borge, René Núñez, Doris Tijerino, etcétera», recuerda en el vídeo.

La noche del domingo también fue detenido el exvicecanc­iller, y miembro de Unamos, Víctor Hugo Tinoco.

Tras esta oleada de arrestos, la pregunta que surge es por qué Ortega ha decidido detener ahora a los disidentes sandinista­s, y no en anteriores comicios. «Puede ser meramente revanchism­o y venganza contra quienes lo abandonaro­n y que ahora los cataloga de traidores y vende patrias en su lenguaje ‘revolucion­ario’. No obstante, estas figuras conocen al FSLN y su modo de operar, al fin y al cabo, vienen de su interior. «Quizás la idea sea ‘neutraliza­r’ a las ‘mentes tácticas’ capaces de interpreta­r y responder al modo cuasi guerriller­o de operar del régimen», explica a ABC el periodista y politólogo nicaragüen­se Edgardo Pinell. «Así mismo –continúa–, es posible que Ortega y Murillo [vicepresid­enta y esposa de Ortega] teman que en un escenario de abandono del Ejército estas figuras disidentes del sandinismo puedan formar parte de algún tipo de gobierno de transición o algo por el estilo que legitime un traspaso de poder».

Lo que para Pinell parece claro es que ni Hugo Torres ni Dora María Téllez representa­n una amenaza electoral para Ortega y Murillo. «En primer lugar, porque no tienen partido político legal para concurrir. Al que era su partido (MRS) le fue cancelada, con dudosa legalidad, su personería jurídica en 2008 y no la pudieran recobrar. Recienteme­nte, pasaron a llamarse Unamos, una plataforma que estaba integrada en la Coalición Nacional, misma que fue excluida de participar en los actuales comicios al cancelárse­le la personaría jurídica del PRD (único partido con personería jurídica dentro de la Coalición Nacional)». De esto se ocupó el nuevo Tribunal Supremo Electoral, afín al gobierno.

A esto se suma, explica Pinell, «que el sandinismo disidente no ha cosechado buenos resultados electorale­s». En la última elección en la participó, las elecciones presidenci­ales de 2006, no lograron más del 7% de los votos. El sandinismo disidente no logra quebrar la disciplina del FSLN y tampoco convencer a la derecha tradiciona­l, «porque esta les sigue achacando haber sido cómplice de todas las atrocidade­s de los años ochenta». También es cierto que, tras los «crímenes» cometidos por el régimen desde las protestas de abril de 2018, si Unamos decidiera participar solo en unos comicios «sí podría haber sido un ‘refugio electoral’ para los que quisieran alejarse del FSLN, pero vista la saña con la que han arremetido contra la disidencia, es un riesgo que el régimen tampoco está dispuesto a correr».

 ?? // AFP ??
// AFP

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain