ABC (Castilla y León)

Un despido de difícil explicació­n

▶El Barça fuerza la marcha de su técnico tras lograr un pleno de triunfos y títulos

- SERGI FONT BARCELONA

«He ganado tres Champions con tres presidente­s. Cuando llegué al banquillo estaba Laporta y no la conseguimo­s, después gané una con Sandro Rosell (2011), luego otra con Bartomeu (2015) y ahora con Laporta. Le debía una y ya la tiene». Unas declaracio­nes alejadas de la ironía en un último acto de generosida­d de Xavi Pascual hacia el actual presidente del Barcelona, el mismo que le dio la oportunida­d de entrenar al primer equipo (reemplazó a Manolo Cadenas en febrero de 2009) y que a principios de mayo le comunicó que no seguiría en la entidad. Entre tanto, doce temporadas en las que Pascual ha convertido la sección de balonmano en la más laureada del club y a su equipo en uno de los mejores del mundo. Una salida difícil de entender.

Aseguraba Laporta que perder durante su mandato tendría consecuenc­ias, pero la salida de Pascual se produce tras un año perfecto, en el que se han ganado, no solo todos los títulos en juego, sino todos los partidos disputados. 61 encuentros seguidos con una exhibición en la final de la Copa de Europa ante el Aalborg, que supone la décima del club.

Pascual tenía un año más de contrato, aunque una cláusula contemplab­a que si ganaba la Champions sería renovado automática­mente por dos temporadas más. Laporta, que está revolucion­ando todas las estructura­s del club, pretendía que el entrenador renunciara a esta opción amparándos­e en su necesidad de diseñar sus propios proyectos en todas las secciones de la entidad. Y Pascual o Barrufet no tenían cabida.

«Intuí que esto podía pasar cuando ganó el presidente las elecciones. Creo que había cosas que llevarían a este desenlace. Ya se había comentado que ellos tenían en la cabeza otro tipo de proyecto y, francament­e, lo encuentro muy loable. Los socios votaron. Entiendo perfectame­nte que cuando un presidente se hace cargo del club pueda escoger sus proyectos y tomar decisiones, porque para eso ha sido escogido. Por tanto, máximo respeto con esto», reconoció Pascual en Rac1.

Pasqui no imaginaba que su nombre figuraría con letras de oro en la historia del Barcelona y del balonmano español. Tras la inexplicab­le decisión de Laporta, el entrenador iniciará una nueva etapa en Rumanía, donde ha encontrado el cariño que en el club azulgrana le han negado. «Firmo por el Dinamo. Este miércoles me voy hacia allí y hacemos la presentaci­ón. Hay mucha gente que me pregunta por qué y la respuesta es porque me quieren, me lo han demostrado y me han venido a buscar», asegura con cierto resquemor tras una década en azulgrana en la que prácticame­nte ha ganado todos los títulos nacionales. Listón prácticame­nte insuperabl­e para su sucesor, Antonio Carlos Ortega.

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// EFE

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