Raisi matiene la puerta abierta a volver al acuerdo nuclear
▶ Se defiende en rueda de prensa de ser responsable de ejecuciones masivas
Ebrahim Raisi ofreció su primera rueda de prensa desde su victoria en las presidenciales de Irán del viernes y se mostró partidario de proseguir con las negociaciones nucleares de Viena, que buscan resucitar el acuerdo de 2015. El clérigo ultraconservador, sin embargo, aseguró que no mantendría unas «negociaciones por el simple placer de negociar» y pidió «resultados para la nación iraní». Ese resultado no es otro que el levantamiento de las sanciones por parte de EE.UU. que impiden a Irán vender petróleo y han hundido la economía nacional. La mejora de relaciones con Arabia Saudí y la defensa de su trabajo como juez frente a las críticas de las organizaciones de derechos humanos que le acusan de estar implicado en las condenas a muerte de miles de presos políticos fueron otros de los temas clave del encuentro con los medios.
Con el acuerdo atómico como gran tarea pendiente y con la incógnita de saber si se mantendrá el mismo equipo negociador que trabaja desde abril, Raisi marcó como una línea roja «las actividades regionales de Irán y el programa balístico», dos de los puntos que los estadounidenses, con presión de sus aliados Israel y Arabia Saudí, estarían tratando de incluir en el nuevo pacto. De la vuelta o no a este texto depende el equilibrio de Oriente Próximo en los próximos años.
Teherán no quiere una nueva versión de lo acordado en 2015 y se ciñe al texto firmado con el grupo del 5+1, formado por Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Rusia, China y Alemania. Pero tras la ruptura de los acuerdos los iraníes comenzarán a dar pasos que les alejan del texto original como volver a producir uranio metal, necesario para producir combustible atómico, pero que también puede emplearse para hacer el núcleo de una cabeza nuclear, enriquecer uranio a una pureza del 20 por ciento, muy lejos de 3,67 por ciento permitido, y poner en marcha centrifugadores de última generación. Ya se han celebrado seis rondas de conversaciones en la capital de Austria y el tono es muy positivo entre los diplomáticos de ambas partes. El portavoz del Ministerio de Exteriores, Said Jatibzadé, afirmó incluso que «no es improbable que la próxima ronda de conversaciones sea la última». La vuelta al acuerdo fue una de las promesas electorales de Joe Biden y en las últimas semanas se ha mostrado partidario de empezar a levantar sanciones. Cuestionado sobre si estaría dispuesto o no a tener un encuentro con Joe Biden, el clérigo contestó con un monosílabo: «No».
La relación con Riad es otro de los frentes abiertos, sobre todo por el choque de intereses en lugares como Yemen, donde los saudíes apoyan al presidente Mansur Hadi y los iraníes a los rebeldes hutíes. Raisi, al mismo tiempo que pidió a su vecino del Golfo que detenga su intervención militar en suelo yemení, trató de mostrarse conciliador y dijo que «no hay obstáculos» para recuperar las relaciones diplomáticas y reabrir embajadas.
El nombre de Raisi está vinculado a las ejecuciones masivas de presos políticos en 1988, cuando era vicefiscal del tribunal revolucionario de Teherán. Organizaciones como Amnistía Internacional (AI) recuerdan que fue el más joven de los cuatro jueces, conocidos como la ‘comisión de la muerte’, que supervisaron miles de ejecuciones.
Raisi está en la lista de iraníes sancionados por Estados Unidos y en su primer encuentro con la prensa no dudó en defenderse de estas acusaciones y se mostró «orgulloso por haber defendido los derechos humanos en todos los cargos que he ocupado en la justicia hasta ahora».
También fue cuestionado por la baja participación en los comicios, que se quedó en un 48 por ciento, la más baja de la historia de la república islámica, pero en este caso echó balones fuera. Raisi, como el Líder Supremo, Alí Jamenei, apeló a la teoría de la conspiración y defendió que la gente acudió a las urnas «pese al coronavirus».