Seis millones de ahorro fiscal en familias por las donaciones
«Los datos nos indican que ha habido una buena acogida de la rebaja fiscal y que ya está siendo útil para reactivar la economía». Así comenzó el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, su balance de la supresión del Impuesto de Sucesiones y Donaciones, en vigor desde hace poco más de un mes, «y que ha dejado más dinero en los bolsillos de las personas, que lo podrán destinar a consumo o a inversiones». El presidente explicó que desde el 9 de mayo al 15 de junio las donaciones «se han multiplicado por cuatro» respecto a las de 2019 —el pasado fue un ejercicio anómalo por la pandemia— al pasar de 242 a 885 y el importe de las mismas se ha multiplicado por 29 —para conocer el efecto en las sucesiones habrá que esperar aún varios meses más— hasta superar los seis millones de euros.
De esta forma, tras aplicar la bonificación del 99 por ciento la cantidad pagada por los contribuyentes ascendió a solo 60.694 euros, lo que supone 150.000 euros menos de ingresos reales que «compensa sobradamente el beneficio para las familias y la actividad económica», lo que generará «tributaciones» por otras vías —IVA, IRPF, Sociedades,...— «para seguir sosteniendo los servicios públicos», además de que «se moviliza un dinero que estaba paralizado y penalizado».
Mañueco defendió la «fiscalidad moderada e inteligente» que «crea oportunidades de futuro» y auguró nuevas reducciones sin acabar aún de concretarlas.
Diferente lectura dio el líder del PSOE de Castillay León. Luis Tudanca consideró que «el efecto real de suprimir el impuesto es que 764 personas se ahorraron 25 millones, mientras los demás siguen pagando lo mismo». «No es nuestro modelo», afirmó antes de afear a Mañueco que luego «pida más dinero al Estado» cuando «si se siguiera recaudando, no dirían que no hay suficientes recursos para pagar por ejemplo la prórroga a los investigadores», con los que se reunió.