POSTALES

¿A quién cree usted más, a Pedro Sánchez o a Oriol Junqueras? Yo, al segundo

L Oquieren todo. Acaban de darles el indulto, y ya piden la amnistía, a la que seguirá el referéndum de autodeterminación, o sea, la independencia. Cuando se negocia con quien antepone los sentimientos a la razón, como los nacionalistas, ocurren cosas como esta y otras peores. Las concesiones que les haces no las toman como favores, sino como obligaciones hacia ellos, y cuanto más cedes, más piden. ¿Recuerdan a Adolf Hitler en Múnich? El apaciguamiento sólo trajo que se merendara, conjuntamente con Stalin, a Polonia.

¿No lo sabía Pedro Sánchez? Aunque no es lo que se dice una lumbrera, tenía que saberlo. Y si no él, su Rasputín particular, algo más leído. Sin embargo, predica ‘magnanimidad’, es decir, generosidad en grado sumo. Y, dado su yo como una catedral, presume de ella. Ha prácticamente regalado los indultos a los condenados por delitos gravísimos y nos pide a los españoles que hagamos lo mismo. ¿Con qué derecho? Invoca el ‘reencuentro’ de España y Cataluña (como si estuvieran ya separadas) y el ‘interés público’ de conseguirlo. Olvidando el desprecio con que los condenados por el ‘procés’ han recibido los indultos y la amenaza de que es sólo el primer paso que conduce al referendo y a la independencia. ¿A quién cree usted más, a Pedro Sánchez o a Oriol Junqueras? Yo, al segundo, por la sencilla razón de que dice lo que ha dicho siempre, mientras que el primero no la ha dicho nunca. Aparte de que ¿con qué autoridad está siendo magnánimo el presidente del Gobierno con quienes han desafiado frontalmente a España? Que gobierne apoyado en una escasa minoría, compuesta en buena parte por antiespañolistas, no le da permiso para negociar con ellos la secesión de una de sus partes. Llegado el caso, tendrían que ser todos los españoles quienes lo aceptaran. Si tan convencido está de que apoyan tal mutilación, ¿por qué no nos lo consulta? Que no lo haga descubre la falsedad de su plan y la ignominia de su mensaje.

Que la base de este ataque a España sea el reciente informe del Consejo de Europa, un foro ajeno a la Unión Europea (primer engaño) creado en 1949 «para promover los derechos humanos en Europa» y compuesto por 47 países, entre los que están Turquía, Reino Unido y ¡Rusia!, no precisamente europeístas; y que el autor de dicho informe –donde se niega que hubiera violencia durante la jornada del 1-O y se pide que «se impida exigir a los detenidos que renuncien a sus convicciones políticas» (otro engaño)– sea un letón que no oculta sus lazos con los secesionistas catalanes demuestra el montaje para desacreditar a nuestra Justicia y trocear nuestro país. Lo más triste, sin embargo, es que quien lo avala, queriéndolo o sin querer, es el presidente del Gobierno español.