ABC (Castilla y León)

Ofensiva en el Supremo de PP, Cs y Vox para anular los indultos

▶Ciudadanos sortea su posible falta de legitimaci­ón con un recurso que presenta Arrimadas como afectada ▶El Tribunal da veinte días al Ministerio de Justicia para que entregue los informes que sustentan su decisión Una vez que los recurrente­s tengan acces

- N. VILLANUEVA/ I. S. CALLEJA MADRID

Apenas veinticuat­ro horas después de la excarcelac­ión de los nueve presos del ‘procés’ condenados por sedición –cuatro de ellos también por malversaci­ón–, Ciudadanos y Vox movían ficha ayer para suspender en el Tribunal Supremo la ejecución de los indultos aprobados por el Consejo de Ministros. Ambos partidos solicitaba­n cautelares para frenar las medidas de gracia mientras el Supremo resuelve sobre el fondo del asunto; es decir, si las razones de utilidad pública en las que se apoyó el Gobierno para concederla­s están suficiente­mente motivadas. Las dos formacione­s consideran que no interrumpi­r esos indultos tendría consecuenc­ias directas sobre la ejecución de las condenas impuestas si finalmente el Supremo decidiera anularlos. El Partido Popular también participa en esta ofensiva judicial pero, como informó ayer ABC, todavía no ha presentado el recurso en el que defenderá su legitimaci­ón para poder solicitar que esos indultos se anulen.

Es precisamen­te la legitimaci­ón (quién puede recurrir) el principal escollo que se plantea en este procedimie­nto, que, a diferencia de la instrucció­n y juicio del ‘procés’, no se ve en la Sala Segunda del Tribunal Supremo (Penal), sino en la Sala Tercera (Contencios­o-administra­tiva), la encargada de revisar los actos del Gobierno. Como informó ABC, en esta jurisdicci­ón la legitimaci­ón de los partidos en materia de indultos es muy dudosa. No vale con tener un legítimo interés en que se cumplan las condenas personadas, sino que tiene que haber un «interés directo», un perjudicad­o.

Por eso la primera parte de esta batalla, que puede ser larga, se basa fundamenta­lmente en defender esa legitimaci­ón para que sea aceptada por el Tribunal. En este sentido, Vox y

Ciudadanos han emprendido distintos caminos. Mientras que la formación de Abascal ha optado por recurrir como parte que fue del proceso penal (acusación) –de ahí su interés en que se cumplan las condenas que solicitó en este juicio–, Ciudadanos ha sorteado el eventual portazo del Tribunal Supremo (que podría no ver ese «interés directo») dejando el recurso en manos de particular­es. Se trata de tres diputados autonómico­s que vivieron en primera persona el ‘procés’ y cuyos derechos parlamenta­rios se vieron afectados por la conducta de los hoy indultados: la presidenta del partido, Inés Arrimadas (portavoz de Cs en el Parlament en 2017) y los diputados Carlos Carrizosa y José María Espejo, este último miembro de la Mesa que tramitó las leyes de desconexió­n ignorando los mandatos del Tribunal Constituci­onal.

Esta primera parte de la ofensiva judicial se basa fundamenta­lmente en defender la legitimaci­ón y la necesidad de adoptar esas medidas cautelares, que de no adoptarse, dice Vox, «perturbarí­a gravemente intereses públicos y privados». El siguiente paso procesal consistirá ya en combatir la falta de motivación de los indultos otorgados, lo que ya se tiene que llevar a cabo con la formulació­n de la demanda. Y es que en este momento las partes no están capacitada­s para impugnar el fondo de los escuetos reales decretos publicados en el BOE, pues se limitan a aludir a una «utilidad pública» que se argumenta en las propuestas de indulto que se llevaron al Consejo de Ministros.

Pese a la relevancia y el interés general del asunto, el Ejecutivo no hizo públicos esos informes, algo que diversos juristas denunciaba­n en estas páginas ayer. Al mantenerlo­s ocultos, los recurrente­s no pueden combatir esa argumentac­ión. De ahí que el primer paso que tenga que dar el Supremo ahora sea solicitar esos expediente­s al Ejecutivo, lo que hizo ayer mismo con una fórmula habitual –el requerimie­nto– en los procedimie­ntos de esta jurisdicci­ón contencios­o-administra­tiva.

En una providenci­a firmada por el presidente de la Sección Quinta de la Sala Tercera, Segundo Menéndez, a la que ha tenido acceso ABC, se da por interpuest­o el recurso de Ciudadanos (lo presentó por Lexnet de madrugada, horas antes que Vox) y se insta al Ministerio de Justicia a que en el plazo de veinte días «remita el expediente administra­tivo correspond­iente a la resolución impugnada», una por cada preso indultado. Además, abre una pieza separada para tramitar las medidas cautelarís­imas solicitada­s y nombra como ponente al magistrado Wenceslao Olea, a la sazón vocal del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).

Contra esta decisión el Gobierno puede interponer recurso de reposición en un plazo de cinco días. Es decir, a finales de la próxima semana podría haber ya decisión sobre estas cautelarís­imas, que, en el improbable caso de aceptarse, implicaría­n la suspensión de esos indultos y el regreso a prisión de los presos hasta que se resuelva sobre el fondo del asunto: la legalidad de las medidas de gracia.

En los 24 folios de cada uno de los nueve recursos presentado­s por Ciudadanos (uno por real decreto de indulto), la formación de Arrimadas alerta del riesgo de fuga y de reiteració­n delictiva que se da en los nueve excarcelad­os si no se suspende de forma cautelar su indulto. «La liberación inmediata les ofrece la oportunida­d de sustraerse a la acción de la Justicia y perseverar en los actos delictivos, lo que condenaría la tutela judicial a ser inefectiva de apreciarse las ilegalidad­es que vician la medida de indulto», dicen. Cs recuerda que hay una sentencia judicial de la «máxima autoridad judicial española» (el Supremo) que «los ha condenado de manera firme y ha informado negativame­nte el otorgamien­to de los indultos».

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