Sarabia, el último de la fila se hace fundamental
▶Fue la gran sorpresa de la lista y parecía destinado a un rol secundario, pero Luis Enrique pronto le destacó ▶Ha jugado todos los partidos y fue el mejor en su estreno como titular ante Eslovaquia, participando en tres goles Homenaje a Jordi Alba a 10.0
Más allá de la sonora ausencia de Sergio Ramos y las controversias ya conocidas, la lista de 24 de Luis Enrique para la Eurocopa era un fiel reflejo de la confianza del técnico asturiano en los hombres con los que ha venido contando en los últimos tiempos. Estaba toda su guardia pretoriana y el ramillete de jóvenes a los que ha decidido otorgar galones en esta nueva etapa. Aún así, hubo hueco para algunas sorpresas marca de la casa que cambiaron a última hora la supuesta foto fija de España. En la convocatoria aparecían un debutante reclutado a última hora, Aymeric Laporte, y dos hombres que llevaban fuera del equipo nacional cerca de dos años, Pablo Sarabia y César Azpilicueta. Los tres resultaron fundamentales en la goleada ante Eslovaquia que selló la clasificación a octavos y se han convertido en serios protagonistas de la selección.
De entre todos, el caso más sorprendente es el de Sarabia, sin duda el jugador con quien menos se contaba. Lo de Laporte se daba por hecho una vez anunciada su nacionalización exprés. E incluso lo de Azpilicueta sonaba en algunas quinielas por su excelente final de temporada en el Chelsea campeón y los problemas de Luis Enrique para encontrar laterales derechos que le ofrecieran garantías. Sarabia, en cambio, llegó como el último de la fila en una posición donde hay tortas para jugar. Ferran, Gerard o Adama parecían por delante de él si se dibujaba en una servilleta el teórico once de España. A la hora de la verdad, el madrileño se ha convertido en uno de los hombres más importantes de la primera fase, con participación en los tres partidos y una actuación estelar en el duelo decisivo, donde apareció como titular en el extremo derecho.
Ya desde el principio se vio que Sarabia no había acudido al campo base de Las Rozas como un mero comparsa. El propio seleccionador se encargó de poner en valor su figura a los pocos días de instalarse todos en la sede de la Federación, en una de sus primeras comparecencias para explicar el estado del equipo. «Me ha sorprendido Sarabia», personalizó al ser preguntado por lo que más le había gustado de esas primeras jornadas de convivencia y entrenamientos. «Le veo especialmente motivado», explicó en la previa del amistoso ante Portugal. Allí, en el Wanda, Sarabia fue titular y reforzó la confianza de su entrenador. Jugó 75 minutos perfilado en la banda izquierda y fue uno de los destacados, fresco de piernas y con mucha intención en el ataque.
Antes de recibir la llamada de Luis Enrique, Sarabia llevaba un año y medio alejado de la selección, a la que acudió por primera vez cuando Robert Moreno dejó la interinidad y asumió el mando absoluto, en septiembre de 2019. Debutó con 14 minutos ante Rumanía, en un encuentro oficial de clasificación para esta Eurocopa. Repitió como suplente tres días después ante Islas Feroe y cerró esa primera etapa como internacional
Jordi Alba alcanzó los 75 partidos como internacional en la victoria ante Eslovaquia, y la Federación quiso brindarle un homenaje entregándole una camiseta conmemorativa. El momento elegido para hacerlo fue en el avión que llevó a la expedición de regreso a la concentración de Las Rozas, a 10.000 metros de altura. «Ojalá que sean muchos más», dijo Alba en su discurso de agradecimiento. «No hay mejor manera de celebrarlo. Este grupo es magnífico y estoy seguro que vamos a hacer grandes cosas». Alba debutó con España el 11 de octubre de 2010 frente a Escocia, en Alicante. dos meses más tarde siendo titular en la goleada ante Malta en Cádiz, donde además logró su primer tanto con España.
Días después se producía el relevo en el banquillo nacional y el regreso de Luis Enrique. Desde entonces, el asturiano no había contado con Sarabia. Al explicar su inclusión en la lista definitiva para la Eurocopa, el técnico contó que el jugador del PSG era uno de los elegidos en los dos últimos compromisos y que llevaba varios meses siguiéndole, pero que se cayó por culpa de las lesiones. El seleccionador, por cierto, no se cansa de enumerar las virtudes de su futbolista, su último pase, su acierto ante la portería o su capacidad para generar peligro, incluso cuando parece que no va a ocurrir nada. El futbolista también tiene muy claro lo que puede ofrecerle a su entrenador. «Luis Enrique te da libertad en el último tercio de campo, que es donde de verdad hay que arriesgar para recoger frutos», dice el extremo al explicar su función. «En la banda tenemos que ser definitivos, dar amplitud al equipo. Después, sacar centros e intentar llegar a gol con muchos jugadores para aumentar las posibilidades de marcar». Ante Eslovaquia, Sarabia fue el jugador que más disparó a puerta y también el que más centros puso al área. Participó de forma activa en tres de los cinco goles. En el primero, provocó el error de Dubravka con su trallazo al larguero. Después fue el autor material del tercer tanto y asistió a Ferran en el cuarto. Con el pitido final se acordó de su familia: «A mi padre, que ya no está desde hace unos años, le hubiera encantado haber estado en el campo y haber disfrutado de esta actuación y de esta victoria».
Sarabia, además, vive cada encuentro con la camiseta roja con la ilusión de un niño, porque es de los que presumen de orgullo por representar a su país. Y aún hay algo más que explica su buen momento: su capacidad para sobreponerse a las adversidades. Lo ha demostrado durante toda la temporada en el PSG, donde quizás cuente con la competencia más feroz del planeta para hacerse un hueco en el once. Aún así, sus estadísticas dicen que ha sido importante en el conjunto parisino para los minutos que ha tenido, que no han sido demasiados. Siete goles y cuatro asistencias adornan un año difícil que ha tenido un buen final.
Criado en la cantera del Madrid y curtido en el Getafe y el Sevilla, Sarabia conoció su convocatoria mientras iba en coche junto a su novia. Ya tenía planificadas sus vacaciones en México y el sur de la Península, pero tuvo que pararlo todo. El cambio le ha merecido la pena.