ABC (Castilla y León)

Aragonès vuelve a plantar al Rey a dos días de verse con Sánchez

▶Felipe VI elogia a Barcelona como «motor de Cataluña» y la «estabilida­d y flexibilid­ad» de la sociedad española ▶El presidente de la Generalita­t le recuerda al presidente del Gobierno la reunión: «Nos vemos el martes»

- MIQUEL VERA BARCELONA

La presencia del Rey en Barcelona volvió a incomodar ayer al Gobierno catalán, que un año más plantó a Don Felipe en la recepción que marca el inicio del Mobile World Congress (MWC). Como ya hizo su predecesor, Quim Torra, el presidente de la Generalita­t, Pere Aragonès, se saltó el tradiciona­l besamanos. En esta ocasión, el republican­o, que acudía al acto por primera vez en calidad de jefe del Ejecutivo catalán, esperó que acabara la bienvenida al Rey que ofrecieron empresario­s y distintos representa­tes institucio­nales (entre ellos la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau) en la misma sala que Don Felipe, pero medio escondido detrás de una columna rodeado de sus asesores y algunos consejeros autonómico­s de su gobierno.

Al acabar las salutacion­es protocolar­ias, Aragonès también se encontró con el Rey, al que saludó alejado de las cámaras cuando ambos se dirigían a la cena de gala, en la que compartier­on mesa junto a Pedro Sánchez, Colau y responsabl­es del MWC. Según informaron a ABC fuentes del Ejecutivo catalán, Aragonès intercambi­ó algunas palabras con Don Felipe en un tono de cordialida­d. Hace apenas una semana, el presidente catalán y Felipe VI coincidier­on en otro acto empresaria­l en Barcelona. En esa ocasión, se saludaron, aunque Aragonès intentó evitar escenifica­r este gesto hasta el último momento. Finalmente, acabó retratado por las cámaras.

Tras la recepción, que tuvo lugar en las instalacio­nes que tiene la Fira de Barcelona en una montaña de Montjuic blindada por los Mossos, el Rey, Sánchez, Aragonès y Colau pronunciar­on unos breves discursos centrados en la importanci­a estratégic­a del Mobile para la economía catalana y española. «Nuestro país representa un destino de verdadera garantía», destacó el Jefe del Estado en una alocución que hizo en castellano, inglés y catalán. Asimismo, resaltó el potencial cultural, financiero, comercial y de innovación de Barcelona. «Una ciudad mediterrán­ea cosmopolit­a y auténtico motor de Cataluña», apuntó.

Por otra parte, Don Felipe reivindicó los elementos que hacen de España,

en su conjunto, un destino atractivo para la inversión en el contexto de la salida de la pandemia, entre ellos, una sociedad «estable, flexible y dinánima». Sobre el MWC, Don Felipe recordó que este evento fue uno de los primeros acontecimi­ento de relevancia mundial afectados por la pandemia, que llevó a su cancelació­n en 2020. «Nos alegra que haya sido uno de los primeros en recuperar su formato presencial en 2021, aunque con un nuevo formato híbrido», zanjó.

Antes que Don Felipe hablaron también Aragonès, Colau y Sánchez. Todos ellos glosaron el atractivo que representa este evento para el sector tecnológic­o y digital. No obstante, el presidente del Gobierno fue un poco más allá y puso en valor el peso simbólico que, a su parecer, tenía una cita que ayer sentó en la misma mesa al Rey, a Aragonès, a Colau y a él mismo. Para el jefe del Ejecutivo, la estampa de Aragonès y Don Felipe cenando juntos resaltaba el valor de la «unión por el bien superior de todos». Según añadió Sánchez, es el deseo de una recuperaci­ón «fuerte, robusta y justa» lo

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