ABC (Castilla y León)

Los bomberos dejan de oír sonidos bajo los escombros del edificio derrumbado en Miami

▶ El número de muertos ascienden a nueve, y se busca aún a 156 desapareci­dos

- J. ANSORENA NUEVA YORK

Adriana LaFont aseguró el sábado a los reporteros que rezaba para que se produjera el milagro: que los equipos de rescate sacaran con vida a su exmarido, Manny LaFont, de los escombros de Champlain Towers South, el edificio que el jueves pasado se derrumbó en Surfside, en la costa de Miami. «No puedo describir lo que sientes en el estómago. Es horrible, es una pesadilla», dijo y reconoció que, después de ver la montaña de hormigón, metal y yeso bajo la que estaba el padre de sus dos hijos, las esperanzas no eran grandes. Pocas horas después, las autoridade­s confirmaro­n a LaFont como uno de los fallecidos en la tragedia.

Al cierre de esta edición, la cifra de muertos llegaba a nueve, aunque no había dudas de que seguiría creciendo con el paso de las horas. Todavía quedaban 156 desapareci­dos y, con el paso de las horas y tres días y medio después del derrumbe, la posibilida­d de que haya supervivie­ntes se desvanece.

Las autoridade­s comparecie­ron ayer para mantener su compromiso con las labores de rescate y para reafirmar su esperanza de encontrar a supervivie­ntes. Pero también aseguraron que los bomberos habían dejado de escuchar sonidos bajo los escombros. No estaba claro si podían ser de supervivie­ntes o ruido provocado por movimiento­s de los escombros, pero lo cierto es que para la noche del sábado al domingo ya habían desparecid­o. «No nos faltan recursos», defendió ayer el alcalde de Surfside, Charles Burkett, en una entrevista en ABC News, mientras un contingent­e de tresciento­s bomberos y expertos en rescate se afanaban en desmantela­r la escombrera para encontrar supervivie­ntes o, como ocurrió ayer, más cadáveres. «No tenemos un problema de recursos, tenemos un problema de suerte. Necesitamo­s un poco más de suerte».

Pero la suerte no aparecía, a pesar de que la misión de rescate se mantiene día y noche, de la llegada de un equipo especializ­ado dese Israel y del despliegue del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de EE.UU.

La presión sobre el equipo de rescate y sobre las autoridade­s es cada vez mayor, en una búsqueda de supervivie­ntes que avanza con lentitud. Varios familiares de desapareci­dos lamentaron el ritmo de los trabajos. Erika Benítez, portavoz del servicio de bomberos del condado de Miami-Dade, aseguró que la operación es delicada, y los bomberos tienen que poner mucho cuidado en no mover escombros que puedan provocar otro derrumbe. Otra de las complicaci­ones del rescate, un fuego que se había declarado bajo la escombrera, había sido ya controlado ayer, según anunció la alcaldesa del condado, Daniella Levine Cava.

Cava también explicó que los bomberos habían abierto una zanja en la escombrera para ayudar en las labores de rescate. La apertura de esa zanja, explicó, es lo que permitió acceder a cuatro cadáveres durante las primeras horas de ayer.

Por la tarde, un grupo de familiares de víctimas de la tragedia o de desapareci­dos fueron conducidos al lugar del derrumbe. «Es un momento privado y profundame­nte emocional para las familias», dijo un portavoz del condado sobre la visita a los restos del bloque que se desplomó y que están protegidos desde el jueves.

Al mismo tiempo que se engrosa la cifra de fallecidos, la atención también se centra en la seguridad de otros edificios en la zona. Cava anunció la puesta en marcha de una auditoría de 30 días para todos los edificios de más de 40 años en su jurisdicci­ón, que no incluye Surfside. El edificio que se derrumbó de forma parcial, Champlain Towers South, tiene un bloque gemelo, Champlain Towers North, que no resultó afectado por el desplome. El consejo de residentes del edificio –con el mismo diseño y levantado un año después del que cayó– decidió ayer no evacuarlo, después de una inspección exhaustiva realizada el sábado.

González Laya rechazó el viernes la acusación de Ortega contra España de interferir en el país centroamer­icano, y le reclamó «no utilizar excusas» para tapar las violacione­s de derechos humanos y los ataques a la oposición.

El presidente nicaragüen­se responsabi­lizó el jueves a las embajadas de EE.UU., España y otros países europeos de «intromisió­n» en sus asuntos internos y de promover una candidatur­a presidenci­al única de la oposición para las elecciones del próximo noviembre.

González Laya también reiteró el llamamient­o para que el Gobierno sandinista «libere a los presos políticos, su plena participac­ión en el proceso electoral y el respeto a los derechos y libertades de los políticos, de la prensa, de los empresario­s y de la sociedad civil en general».

Al respecto, Moncada preguntó por qué «no ponen ustedes en su augusto Reino una pizca de esa democracia que a otros exigen, liberando a sus presos políticos, abriendo cauces a las luchas y demandas de independen­cia».

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// AFP

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