A-73: una autovía caducada en el olvido
▶El PP insta a impulsar mediante un «peaje en la sombra» la vía entre Aguilar de Campoo y Burgos tras lustros de retrasos y con sólo 10 kilómetros operativos
El planteamiento era sencillo. Unir dos puntos en el mapa para trazar una vía rápida y recta entre Madrid y Cantabria. Sin embargo, poco a poco el trazado que debía conectar Burgos y Aguilar de Campoo, desde donde continuaba la autovía hacia sur y norte, se fue difuminando en la agenda política. La A-73 se puso sobre la mesa a principios de siglo. 70 kilómetros de autovía, de los cuales sólo diez están en funcionamiento, doce en obras y al resto ni se les espera. Y es que las demoras arrastradas han hecho que los pasos administrativos que se dieron en su día hayan perdido vigencia y en dos tramos no sólo el asfalto sigue sobre plano, sino que han caducado sus declaraciones de impacto ambiental. Actualizarlas sumará nuevos retrasos que están llevando a esta infraestructura al podio de carreteras cuasiutópicas, con otras como la León-Valladolid.
Inicialmente se puso sobre la mesa que se acondicionara la N-627 que cubre el trazado para unir la A-67 hacia Santander y la A-1 hacia la capital española, pero Álvarez Cascos propuso que fuera una autovía, un proyecto que se interpretó más acorde para absorber el tráfico de las vías de alta capacidad que iba a conectar. Con ello se fue avanzando, pero no fue hasta 2013 cuando se inauguró el primer trazado. La entonces ministra de Fomento, Ana Pastor, cortó la cinta de esos primeros kilómetros entre Burgos y Quintanaortuño a los que este verano, ocho años después, se sumarán, otros doce entre Pedrosa de Valdelucio y Báscones de Valdivia, cuyas obras empezaron hace ya cuatro años y que inicialmente deberían haber concluido en 2020.
De los otros casi 50 kilómetros, lo más avanzado es el trazado entre Quintanaortuño y Montorio, que cuenta con proyecto y superó el pasado verano la fase de información pública. Y el resto están en un limbo administrativo, con dos tramos Montorio-Santa Cruz del Tozo y de esta localidad a Pedrosa con su licencia ambiental caducada, situación en la que podría estar también el anteriormente citado en diciembre. Se desconoce el alcance de esta situación. Mínimo implicará un nuevo retraso en cuanto a que se tiene que licitar la actualización de su marco legal. La duda está en si valdrá la autorización otorgada hace años o habrá que volver a evaluar el trazado con su correspondiente y dilatado trámite de información pública.
Sea como fuere, esta autovía arrastra años de retrasos y los que le esperan, ya que esa actualización de proyectos sólo sería un nuevo punto de inicio para poder sacar después a licitación las obras, con su correspondiente procedimiento previo a que las grúas entren sobre el terreno y den forma a un asfalto que no se pone en cuestión de semanas.
Desde las dos principales formaciones políticas se responsabilizan los unos a los otros de la demora y sigue pasado el tiempo sin ponerse de acuerdo en la solución. Tanto PP como PSOE, consideran «fundamental» la infraestructura, pero la percepción que cada uno tiene de la situación actual dista mucho.
Hace unas semanas el senador popular burgalés Javier Lacalle presentó una moción en la Cámara Alta por la que instar al Gobierno a impulsar el proyecto a través de la colaboración público privada. Se trata de una solución que el último ministro de Fomento de su partido, Íñigo de la Serna, llegó a presentar para la A-73 apenas un par de semanas antes de la moción de censura que apartó a Mariano Rajoy de la Moncloa en 2018. Esta opción, conocida como «peaje en la sombra», agilizaría, a ojos del PP, la ejecución de la carretera, ya que una misma concesionaria se encargaría desde ya de los trámites de todos los tramos de forma simultánea y también de las actuaciones, evitando papeleo y además «apoyando a las empresas del sector».
No es nada nuevo, y se ha aplicado en España con «independencia de colores políticos», señala Lacalle a ABC. Como ejemplo pone la N-1, bajo mandato de Zapatero, o la A-7 entre Murcia y Alicante, para la que recientemente se ha planteado esta fórmula. Desde el PSOE matizan que simplemente se está «estudiando», que ni siquiera está aún la decisión adoptada y que ello no implica que tenga que ser la mejor opción para desarrollar la A73. Así lo señala la senadora Mar Arnáiz, que votó en contra de la moción popular porque defendió que se estudien todas las posibilidades de financiación y no sólo la colaboración público-privada.