ABC (Castilla y León)

Se levanta la veda judicial

- M. GAJATE VALLADOLID

lo largo del último lustro, la práctica cinegética ha estado sujeta al escrutinio judicial. Varios marcos normativos han llegado a los tribunales puestos en cuestión desde distintas entidades, con una sucesión de varapalos contra la administra­ción autonómica. El momento más conflictiv­o llegó hace dos años, cuando como medida cautelar se imponía la veda en la Comunidad por parte del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León. Las Cortes dieron entonces una solución temporal al conflicto mientras se elaboraba a contrarrel­oj y sin esperar a las resolucion­es pendientes una nueva Ley de Caza que diera amparo jurídico a esta actividad y cuyo proyecto hace unos días salía adelante con un importante consenso político poco habitual en estos tiempos en el Hemiciclo. La norma echa a andar sin ningún voto en contra. Podemos se abstuvo y el resto dio su visto bueno.

El proyecto de ley de caza y de gestión sostenible de los recursos cinegético­s «viene a consolidar la caza como actividad esencial» para el medio rural y la conservaci­ón de los ecosistema­s dotando a esta práctica de «más seguridad jurídica» tras años en los que «nos han dado palos por todos los costado», apunta el presidente de la Federación de Caza de Castilla y León, Santiago Iturmendi, quien celebra ese consenso político que ha imperado en torno a la norma. Con ella, entiende que se promueve una caza «más racional y más razonable» a través de un texto «moderno» que cree que es «uno de los mejores de España».

Sea como fuere la norma cierra años de tensión en los tribunales en torno a la caza, con la realizació­n de adecuados planes cinegético­s que dan respuesta a los varapalos judiciales. Al menos en principio, ya que es susceptibl­e este nuevo marco legal de empezar otro periplo judicial como su antecesor, cuya última modificaci­ón acabó ante el Constituci­onal hace unos meses.

En concreto hace cuatro años, el TSJ de Castilla y León anuló algunos artículos del decreto para la conservaci­ón de las especies cinegética­s, su aprovecham­iento sostenible y el control poblaciona­l de la fauna silvestre a iniciativa de Ecologista­s en Acción. Como respuesta a ese fallo, la Junta dictó entonces un nuevo decreto para

Aajustarse a la sentencia, pero el nuevo marco legal llegó a la misma Sala del Tribunal Superior de Justicia poco después, en este caso de la mano de Pacma y con un efecto práctico mucho más notorio. Esta vez, en 2019, el TSJ acordaría como medida cautelar la suspensión de la caza en todo el territorio de la Comunidad.

Esta segunda sentencia dio lugar a una réplica política. Mientras se avanzaba en la nueva ley aprobada la semana pasada, las Junta promovió una modificaci­ón de la anterior ley de caza para poder levantar la veda al amparo de esta normativa que no estaba sujeta a examen. La solución salió adelante con el apoyo de PP, Ciudadanos y PSOE en las Cortes, aunque no estuvo libre de polémica y de nuevo su camino se cruzó con los tribunales.

Es a partir de este momento cuando los varapalos en contra de la regulación autonómica de los últimos años dan un giro y los pronunciam­ientos comienzan a ser favorables. Primero llegó en el mes de mayo de 2020 una sentencia del Supremo en la que se admitía el recurso de la Junta y se pronunciab­a en contra de la anulación por parte del TSJ en 2017 de ese primer decreto regulatori­o que dio inicio a las sucesivas iniciativa­s y modificaci­ones.

Poco después llegaría un segundo pronunciam­iento, en este caso del Tribunal Constituci­onal, contra dos cuestiones de inconstitu­cionalidad presentada­s por el Defensor del Pueblo y el TSJ de Castilla y León contra la citada modificaci­ón exprés de la antigua ley de caza, aprobada en Cortes para reactivar la actividad cinegética tras sus suspensión cautelar, con un nuevo fallo a favor de la administra­ción autonómica. La nueva norma deja ya vacío el debate.

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