Entre colaboradores y emergencias
El nuevo texto actualiza en muchos aspectos la anterior normativa –no en vano, data de 1996– e incluye una serie de novedades entre las que destaca, por un lado, la creación de las figuras de los cotos colaboradores, que deberán contar con asesoramiento técnico permanente que asegure la obtención de información de calidad, y del cazador colaborador, que aportarán importante información sobre la gestión cinegética, las capturas, el seguimiento poblacional y otros aspectos que contribuirán a mejorar el conocimiento y la gestión de la caza.
La segunda gran novedad es el concepto de «emergencia cinégética» para permitir un adecuado control poblacional y evitar riesgos importantes sobre la salud, la seguridad de las personas y la agricultura. Esta figura ampararía una actuación ante una sobrepoblación intensa de determinadas especies.
Más allá de solucionar el conflicto judicial, la Ley de Caza recientemente aprobada aprovecha también para dotar a esta práctica de un marco actualizado frente al texto inicial que databa de finales de los noventa con un texto que apuesta por una actividad sostenible y ordenada en el mundo rural. «Es una ley que avanza sobre la conservación y con respeto a los ecosistemas», destacó el consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, en el debate de la iniciativa, que incorporó 39 enmiendas en total de los grupos.
La ley, que limita a la administración autonómica para considerar cinegética una nueva especie y para excluirla, prevé una Estrategia de Caza de Castilla y León conplanes territoriales de recursos y de gestión de especies cinegéticas cuando se requiera de una consideración especia, que igualmente, en los cotos de caza deberán ser elaborados por técnicos especializados y basarse en censos rigurosos. Además, se creará un sistema de seguimiento de las poblaciones cinegéticas bajo el control de las capturas realizadas por los cazadores.