ABC (Castilla y León)

Dimite el primer ministro sueco tras perder un voto de censura

▶ Stefan Lofven renunció sin anunciar unas posibles elecciones anticipada­s

- S. I. MADRID

El primer ministro de Suecia, Stefan Lofven, anunció ayer su dimisión, una semana después de perder una moción de censura en el Parlamento, sin anunciar una fecha para unas posibles elecciones anticipada­s en el país europeo. «He pedido ser cesado como primer ministro», dijo Lofven, en una rueda de prensa en la que agregó que «con un año hasta las próximas elecciones y en medio de una pandemia, unas elecciones anticipada­s no son la mejor opción para Suecia».

«Siempre he dicho que debemos buscar lo mejor para el país, no podemos entrar en juegos políticos. Estoy convencido de que esto es lo mejor para el país», señaló, tal y como recoge el diario sueco ‘Aftonblade­t’. Lofven sostuvo que esta decisión «es la más difícil» que ha tenido que adoptar hasta la fecha y añadió que el presidente del Parlamento «debe iniciar el trabajo para proponer a un primer ministro que cuente con el apoyo del Riksdag».

La moción de censura contra Lofven fue promovida por el Partido de la Izquierda a raíz de un desencuent­ro sobre la normativa que regiría el precio de los alquileres en los pisos de nueva construcci­ón. La iniciativa fue aprovechad­a por otras formacione­s para tumbar a Lofven, que estaba al frente de un gobierno en minoría. La propuesta recibió el apoyo de 181 diputados, seis por encima de la mayoría necesaria para sacar adelante la moción de censura.

Tras la depresión económica que ha dejado la pandemia, la vivienda se ha convertido en un problema de desarrollo en Suecia. El precio de los alquileres en el país está regulado desde después de la Segunda Guerra Mundial, lo que ha desincenti­vado en extremo la inversión en la construcci­ón. Ni se edifican nuevas viviendas ni se mejoran las existentes, de manera que para acceder a un piso hay listas de espera de una media de 20 años de las que forman parte aproximada­mente medio millón de suecos. Los pisos son baratos pero no hay pisos para todos. El Estado ofrece viviendas públicas modestas «hyresrätt» en alquiler a perpetuida­d y cuyo precio ha aumentado solo un 19% en la última década, aunque por encima del IPC, que ha subido un 12%. Pero este modelo es solo satisfacto­rio para los que ya han accedido a una de estas viviendas, que constituye­n una casta privilegia­da respecto a los que no pueden acceder a ninguna, porque el sistema solo funciona si el Estado ofrece tantas viviendas como núcleos familiares.

El Partido socialdemó­crata, que ha gobernado Suecia durante prácticame­nte todo el siglo pasado, planteó hace 50 años el programa del «Millón de Viviendas» (Miljonrogr­ammet), que suponía la construcci­ón de 100.000 al año, pero nunca pudo cumplirlo.

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// EFE

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