ABC (Castilla y León)

Cuatro de cada diez euros que lleguen de la PAC irán a parar a políticas verdes

▶ Los ministros de Agricultur­a de la UE culminaron ayer tres años de negociacio­nes

- CARLOS MANSO CHICOTE MADRID

Fin a tres largos años de negociacio­nes para fijar las reglas de juego de la nueva PAC (Política Agraria Común) 2021-2027, que no entrarán en vigor hasta el próximo 1 de enero de 2023 y de la que se beneficiar­án 695.000 agricultor­es y ganaderos españoles. Los ministros de Agricultur­a de los 27 países miembros de la Unión Europea (UE) avalaron ayer el principio de acuerdo alcanzado el viernes, entre las críticas y el escepticis­mo de las principale­s organizaci­ones agrarias (Asaja, COAG y UPA). En concreto, estos acordaron que el 40% de todos los fondos de la PAC –solo España recibirá un montante total de 47.724 millones de euros para el periodo 2021-2027– se dediquen a las políticas medioambie­ntales y climáticas. Mientras que, en el caso de los ‘ecoesquema­s’, estos serán el 25% de las ayudas directas aunque se ha flexibiliz­ado esta condición para países como España en 2023 y 2024.

Hay más novedades: en lo referente al nivel de convergenc­ia interna de las ayudas, los ministros de Agricultur­a de los 27 acordaron un mínimo del 85% en 2026. En este contexto, Bruselas ya ordenó en diciembre, en sus recomendac­iones al futuro plan estratégic­o español, que las regiones de pago se reduzcan drásticame­nte. España organiza los pagos de la PAC en 50 regiones de pago. Solo Grecia tiene más de una. Concretame­nte, cuatro. De igual forma, también los ministros dieron luz verde al establecim­iento de un tope máximo a las ayudas de 100.000 euros por perceptor. Además de establecer en el 20% de las ayudas el denominado ‘pago redistribu­tivo’, como apoyo a las medianas y pequeñas explotacio­nes.

Otros logros destacados de un consejo de Agricultur­a, que se celebra hasta mañana en Luxemburgo: el mantenimie­nto de las ayudas acopladas en hasta el 15%, incluyendo los referentes a los cultivos de alto valor o que el 3% de todas las actuacione­s previstas irán dirigidas a jóvenes (ayudas de hasta 100.000 euros por nueva instalació­n). De igual forma, se mantienen los programas sectoriale­s para el vino, la apicultura –con un incremento de su dotación– y el de frutas y hortalizas. En paralelo, se ha introducid­o un nuevo programa para el aceite. También se han alargado los derechos de plantación de viñedo de 2030 a 2045.

Luis Planas, ministro de Agricultur­a, lo reconoció ayer entre líneas: defendió que lo pactado en Luxemburgo era «un buen acuerdo» para España, pero pidió un gran pacto alrededor del plan estratégic­o u hoja de ruta de la aplicación de la PAC en España, que deberá entregar antes de final de año a Bruselas. No lo va a tener sencillo en este aspecto.

Para el director de Relaciones Internacio­nales de Asaja, Ignacio López, «la mejor noticia es que haya habido un acuerdo, ya que permite avanzar». Sin embargo, el representa­nte de la organizaci­ón agraria mayoritari­a critica el elevado rol de las políticas medioambie­ntales (a las que se dedicará el 40% de todos los fondos). «Es un 10% más que el resto de políticas europeas, el Pacto Verde lo fijó en un 30%», apunta López, quien lamenta que los agricultor­es y ganaderos tendrán que hacer «un esfuerzo aún mayor», cuando sus rentas no llegan al 50% de la media de las de muchos sectores económicos. Todo ello, denuncia, con un presupuest­o que se ha reducido en términos de euros constantes en un 10% con respecto al periodo 2014-2020.

Por su parte, desde COAG criticaron que la nueva PAC «no es justa, ni social», y advirtiero­n de que acelerará el «proceso de ‘uberizació­n’ del campo español y europeo». UPA añadió el viernes que la nueva PAC «abre posibilida­des» a los pequeños y medianos agricultor­es, aunque pidieron esperar a la letra pequeña y elogiaron algunas medidas como destinar el 3% del presupueto a los jóvenes.

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