Una veintenta de criminales se colaron entre los afganos que evacuó Alemania
▶ Fueron condenados en el pasado por delitos de origen sexual, agresión con armas y tráfico de drogas
Un total de 4.587 personas fueron evacuadas de Kabul en vuelos militares alemanes hasta el cierre del aeropuerto. Cuatrocientos sesenta y nueve eran ciudadanos alemanes y 168 empleados afganos que habían estado colaborando con empresas o instituciones germanas. El resto debería corresponder a ciudadanos afganos cuya seguridad estaba comprometida bajo el régimen talibán, pero 257 de esas personas entraron en los aviones del Ejército alemán sin ser correctamente identificadas. Estamos hablando de una situación caótica, escenas de evacuación dramáticas en las que la verificación de los documentos era extremadamente difícil y en las que en muchas ocasiones primaba la fuerza. «Cualquiera que fuera joven, hombre, fuerte y dispuesto a usar la violencia para pasar por encima de los demás, tenía más posibilidades de llegar a los aviones», ha descrito un participante en la operación.
Solo después de que estos afganos acogidos hayan llegado a Alemania ha sido posible iniciar un correcto proceso de verificación de las identidades y, para sorpresa de las autoridades alemanas, unas veinte personas, a las que el ministro de Interior alemán, Horst
Seehofer, ha descrito como «criminales de alto calibre», están fichadas por las fuerzas de seguridad internacionales. Hay unos 20 casos «que son relevantes para la seguridad, que ahora están en Alemania y que no pueden ser deportados a Afganistán», informó Seehofer durante un encuentro en el Club de Prensa de Múnich.
Entre esos delincuentes hay violadores condenados y al menos un hombre que, según la opinión unánime de Alemania, Estados Unidos y Gran Bretaña, ocupa «un puesto aún más alto» en el escalafón de la criminalidad, según el ministro.
Cuatro fueron deportados
Cuatro de los evacuados habían sido anteriormente deportados de Alemania a Afganistán, hace años, y han conseguido volver a colarse en el país. Según información de la Agencia de Prensa Alemana (DPA), varios de los nombres están fichados en el centro conjunto antiterrorista federal y estatal. «Dos delincuentes han sido trasladados a un centro penitenciario sobre la base de órdenes de detención abiertas», reconoció el portavoz del Ministerio del Interior, Steve Alter, y otros dos afganos evacuados están «todavía bajo custodia de las autoridades, esperando una decisión».
Un ejemplo de los delincuentes infiltrados entre los refugiados es Sardar Muhammed M. Había sido deportado desde Alemania a su país de origen, Afganistán, en febrero de 2019 y llegó de nuevo a Fráncfort en un avión procedente de Tashkent el 24 de agosto, después de haber volado previamente desde Kabul. En 2012 el Tribunal Regional de Múnich condenó a M. a ocho años y tres meses de prisión por violar y abusar sexualmente de su hija durante años. El primer asalto ocurrió cuando la hija tenía nueve. En el momento de su deportación a Afganistán, todavía le quedaba una sentencia de prisión de 177 días por cumplir. Después del control de identidad de los evacuados en el aeropuerto de Fráncfort, fue arrestado de nuevo y actualmente se encuentra en la prisión de Fráncfort-Preungesheim.
Otro caso es el de Khwahja Rashed S., condenado a dos años y seis meses de prisión por agresión peligrosa con armas. Había sido deportado el pasado mes de febrero. También está de vuelta en Alemania y recluido en prisión, pero será puesto en libertad en 86 días. Entre los evacuados figura también Omed F., condenado por agresión sexual y violación, deportado en febrero.