Lesmes y el «conceto»

FERNÁNDEZMIRANDA Pronunció 34 veces la palabra independencia

Me van a perdonar, pero lo que el señor Lesmes impartió ayer en el Supremo no fue justicia sino «andanadas de hostias». Más que impartir, repartir, y no al pueblo sino a la clase política. Al escucharle me vino a la memoria la película ‘Airbag’ y esa escena gloriosa en la que un desarrapado Pazos mantiene una negociación absurda e incomprensible con la señorita María de Medeiros al grito de «el ‘conceto’ es el ‘conceto’»: «en tanto en cuanto nos den lo que es nuestro discutiremos ese ‘conceto’ con el fin de discutirlo». Absurdo, como el diálogo entre los poderes del Estado, porque ayer en el Supremo el «conceto» era la independencia judicial, que en este país hay que explicarlo todo y los políticos se dedican, como decía Pazos, a «jugar a los jeroglíficos».

Para despistados conviene recordar que ‘Airbag’ fue aquella película muy canalla de Juanma Bajo Ulloa por la que preguntaron a la entonces ministra de Cultura, Esperanza Aguirre, que se lió y dijo que no era una cinta española. A pesar de que doña Espe es probablemente la política española con mejor inglés, se dejó llevar por el título anglosajón y la cagó, dando munición a la izquierda para matarla (civilmente, se entiende). Ay, nadie mata como la izquierda, sobre todo a las mujeres de derechas. Esos que desde la comedia se dedicaban en los 90 a humillar a Aguirre son los mismos perros que hoy olfatean detrás de Ayuso. Es el mismo «conceto», que diría Pazos, y están consiguiendo lo mismo: otra lideresa desacomplejada y liberal, el anticristo del progre.

Pero volvamos a Lesmes. En su tercer discurso en funciones, ayer pronunció 34 veces la palabra independencia y unas cuantas renovación. El primero es un mensaje sólo para Sánchez y sus socios y el segundo también para Casado. Lesmes y todos sus vocales del CGPJ llevan mil días atrapados en el cargo: a uno lo eligen por cinco años y como los políticos no se ponen de acuerdo tu vida se convierte en la de Bill Murray en el día de la marmota. No es mal destino, pero todo tiene un límite.

El «conceto» aquí es que los políticos se alejen del CGPJ. Y o lo hacen ya o Lesmes va a volver a poner a Sánchez y a Casado en evidencia y la cosa va a acabar en andanadas. Esperemos que no de hostias.