Dos halcones de Bruselas ya vigilan con lupa los fondos europeos
▶Tendrán reuniones periódicas con La Moncloa desde este mismo mes, cuando España ha recibido más de 9.000 millones de euros ▶Las ayudas están estrechamente ligadas a reformar las pensiones y el mercado laboral y a inversiones sólidas
Bruselas ya ha girado a España los primeros 9.000 millones de euros de fondos europeos que deben ayudar a nuestro país a recuperar la senda del crecimiento económico. No será un dinero a fondo perdido, porque su uso será rastreado de forma minuciosa y estricta por las autoridades comunitarias para evitar usos incorrectos o indebidos. De lo que se trata es de evitar que se reproduzca el fiasco del ‘Plan E’ de Zapatero, un programa de inversiones públicas de 13.000 millones sin estrategia ninguna que terminó agravando la situación de las cuentas públicas españolas y provocando subidas del IVA y recorte del sueldo a los funcionarios.
La idea en esta ocasión es otra. Desde Bruselas se busca que España ponga en marcha un plan de inversiones enfocado a empresas y hogares combinado con reformas estructurales como la de pensiones o la del mercado de trabajo. De que se alcancen todos los objetivos programados dependen los sucesivos desembolsos, ligados a esas grandes reformas y también a la agenda ‘verde’ y digital.
Las labores de vigilancia sobre España van a ser extremas para evitar decisiones como dedicar un millón de euros de los fondos públicos para premiar con viajes al extranjero a cien autores. ¿El objetivo? Buscar su «crecimiento personal» y una «reflexión artística». Por todo ello, desde este mismo mes, dos halcones de Bruselas velarán ‘in situ’ para que las decisiones sean las correctas, según ha podido saber ABC. La visitas de estos técnicos serán muy frecuentes, tanto a La Moncloa, como al Ministerio de Hacienda. Los pasos de Pedro Sánchez van a ser, por tanto, objeto de un control minucioso por parte de estos ‘hombres de negro’, que ya monitorizaron la economía española en 2012, durante la crisis financiera.
La Comisión ha reclamado que el plan de reformas comprometido se estructure y ejecute con un grado de detalle tal que permita después un proceso ágil de auditoría. Fue precisamente esta exigencia lo que retrasó un mes la presentación del plan por el Gobierno de coalición el pasado mes de junio. Control exhaustivo a España y también ocurrirá lo mismo con Italia, porque son los dos países europeos que recibirán más ayudas. La primera remesa de 9.000 millones que ya está en la caja del Estado supone el 13% de los 69.500 millones en transferencias no reembolsables que debe recibir nuestro país del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia. El resto hasta los 140.000 millones de euros comprometidos que percibirá nuestro país, si así lo decide y lo solicita, vendrá en forma de créditos en condiciones ventajosas.
La primera entrega del ‘maná europeo’ viene, por tanto, ya condicionada a cómo se hayan empleado los primeros fondos. Una vez analizados los deberes, España recibirá otros 10.000 millones este mismo año, en diciembre. Además obtendrá entre 2021 y 2023 el 80% de las transferencias previstas, un ingente caudal que irá acompañado de otros 38.000 millones en concepto de fondos estructurales europeos.
La magnitud del volumen de ayudas preparadas por la Unión Europea, que multiplican por cuatro las inyectadas el último lustro, y los problemas mostrados en España para asumir la última hornada de fondos comunitarios generan desconfianza respecto a la capacidad de digestión del dinero. Escuelas de negocios como Esade sitúan a España a la cola de países en capacidad para certificar los fondos europeos recibidos para llevar a cabo sus propios proyectos. Recuerda que a finales de 2019 apenas se habían validado proyectos por un importe equivalente al 35% de los fondos solicitados. Y se pregunta: «Si gestionar 56.000 millones en
siete años está generando tantos retrasos y, al parecer, incapacidad, ¿qué pasará con una cantidad cuatro veces mayor y para un periodo similar?».
El riesgo de la ejecución
Con la inyección que supondrá el plan de recuperación, Gobierno y empresas se enfrentan a un reto descomunal, dado que han de ser capaces de poner en marcha miles de proyectos para evitar que una parte del dinero quede sin ejecutarse, como ha sucedido en el pasado con otros fondos europeos. Que el dinero no llegue a las pymes, con menos recursos para preparar los proyectos, es un gran foco de preocupación. Según el barómetro de los Gestores Administrativos de julio, solo el
14% de ellas tienen intención de acceder a los fondos europeos
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