La Generalitat se vuelca de nuevo con la agenda ‘indepe’ de la Diada
▶ Cataluña relajará las medidas anti-Covid en vísperas de la manifestación de la ANC en Barcelona Los partidos constitucionalistas lamentan que el Govern solo represente a una parte de los catalanes CC.OO. y UGT de Cataluña se alinean con el Gobierno a fa
El gobierno catalán volverá a volcarse este año con la agenda de actividades que el independentismo prepara para la Diada de Cataluña, festivo en la comunidad. Siguiendo la estela marcada por Carles Puigdemont y Quim Torra en el pasado, el presidente Pere Aragonès ha dejado de lado la neutralidad institucional a que obliga su cargo y ha confirmado su asistencia a la manifestación que la Assemblea Nacional Catalana (ANC) ha organizado en Barcelona. Si Aragonès en sus primeros meses como ‘president’ ha tratado precisamente de alejarse de la estela de ‘presidentes activistas’ que caracterizó a sus predecesores, la Diada será pues una oportunidad perdida. Secuestrada desde hace años por el independentismo, el 11-S seguirá siendo, con la complicidad de la Generalitat, una fiesta de parte. La fractura en Cataluña no se cierra.
Además del presidente, también acudirán a la cita varios consejeros del Govern que comparten Esquerra y Junts. Así lo confirmó esta semana la portavoz del ejecutivo catalán, Patricia Plaja, quien en rueda de prensa desde el Palau de la Generalitat llamó a convertir este 11 de septiembre en una jornada para la autoafirmación de Cataluña con actividades que sean «ejemplo de civismo». Las actividades y concentraciones a las que se refirió Plaja se podrán desarrollar –casi– con normalidad prepandémica gracias al decreto de relajamiento de medidas que entrará en vigor horas antes de la manifestación de la ANC y que, entre otros puntos, vuelve a permitir reuniones de más de diez personas.
Según explica el departamento de Interior ya en su página web, el nuevo decreto de restricciones busca «hacer compatible el derecho de manifestación con la preservación del derecho a la salud». La Generalitat también ha eliminado la obligatoriedad de hacer «concentraciones estáticas sin desplazamiento», definición que encaja con la marcha que la Assemblea ha preparado para este año y que espera reunir a más de 100.000 personas por el centro de la Ciudad Condal.
La bendición que la Generalitat brindará de nuevo a los actos soberanistas del 11-S se completará con la cobertura que desplegarán sus medios públicos, un clásico de los años del ‘procés’. TV3 tiene preparada una programación especial que incluirá la emisión en directo de la manifestación, un espacio de análisis para cuando acabe la cita e informativos especiales. En total, la cadena pública catalana ofrecerá tres horas de cobertura en directo de la marcha de la ANC, además de la emisión de informativos, del acto institucional y de un programa de debate político nocturno, previsiblemente, también centrado en la Diada. También Catalunya Ràdio hará una parrilla especial 11-S.
El momento «no es bueno»
Sin apenas cambios pues con respecto al formato de anteriores celebraciones de la Diada, la ANC vuelve a convertirse en protagonista. De nuevo en su papel de acelerador y palanca para que los partidos adopten sus postulados y estrategia, la entidad reconocía ayer sobre la presencia de Aragonès que «nuestra presión es hacer que, más allá de asistir a la manifestación, lo lleven a cabo», apuntó la líder de la entidad, Elisenda Paluzie. En Catalunya Ràdio reconocía que, aunque el momento por el que pasa el independentismo no es bueno, el objetivo que buscan es «la reanudación de la movilización».
Ciertamente, las previsiones para el secesionismo no son buenas, y la propia Paluzie reconocía hace unas semanas que están teniendo dificultades para llenar los autocares para traer la gente a Barcelona. Las últimas convocatorias de la ANC, por ejemplo la que se hizo en junio para protestar contra la presencia del Rey en las jornadas del Círculo de Economía, fueron un fiasco. «No se puede pasar del 0 al 100 de golpe», reconocía Paluzie sobre el tono bajo del independentismo movilizado.
Desde la oposición, casi todos los partidos no independentistas criticaron el respaldo oficial a la manifestación independentista de la Diada. Desde el PSC, el portavoz adjunto en el Parlament, Raúl Moreno, lamenta que Aragonès «esté empecinado en representar solo a una parte de los catalanes». Respecto a TV3, el diputado dijo a ABC que la emisora autonómica se ha convertido en «el principal instrumento político de la Generalitat» y pidió cambios «inmediatos» en su dirección y libro de estilo. En la misma línea se expresó el PPC, cuyo líder,
mostrado que más enfermos y fallecidos provoca. Si de un lado restaurantes, bares, y discotecas han acreditado en este tiempo de pandemia que son capaces de desarrollar su actividad sin propagar la enfermedad; las infestaciones masivas se han producido en el descontrol de botellones y fiestas callejeras, precisamente surgidas de la circunstancia de que la restauración tiene que cerrar pronto y los locales de ocio nocturno están prohibidos. Tanto es así que, pese a su urgencia por reabrir, pubs y discotecas piden poderlo hacer después de las populares fiestas de la Mercè (23-25 de septiembre) para que no les achaquen el seguro rebrote de contagios que con toda seguridad va a provocar la fiesta descontrolada, sin discotecas ni bares abiertos que la encaucen, y dada la incomprensible voluntad política (y por lo tanto policial) de no usar la fuerza para imponer el orden.
ANC y Omnium, que han perdido cualquier protagonismo en el nuevo proceder más dialogante y pactista del independentismo que la ERC de Pere Aragonès encarna, no tienen reparos en poner en peligro la vida de los catalanes. Y ni siquiera a cambio de ganar la independencia, sino de salvar su chiringuito particular y muchas veces personal. Ésta ha sido una de las constantes del proceso independentista, sin la que no se entendería su apabullante derrota: sacrificar lo que existe y funciona, a cambio de los más grotescos delirios, que además no tienen ninguna posibilidad de darse en la realidad.