Arrimadas pide a Mañueco que «cumpla su palabra» y no adelante las elecciones
▶ El presidente de la Junta toma el mando de la reforma sanitaria y encarga ‘deberes’ a Verónica Casado ▶ Llama a alcanzar un acuerdo «prioritario» con «el mayor consenso y diálogo posible»
El terremoto político vivido el pasado martes en la Comunidad cuyas consecuencias están aún por ver, registró ayer nuevas réplicas, quizás de menor escala pero igualmente significativas. Si por un lado el presidente de la Junta, desde Ponferrada, tomó los mandos de la ansiada y problemática reforma sanitaria de Castilla y León —sin que esté claro ni cómo ni cuándo será realidad— al encargar personalmente tareas urgentes a la consejera de Sanidad, Verónica Casado, que cotiza a la baja sin que ella misma entienda muy bien por qué, la presidenta nacional de Ciudadanos, Inés Arrimadas, puso, por su parte, cierta presión a Alfonso Fernández Mañueco exigiéndole que cumpla con «su palabra» al tiempo que descartaba cualquier motivo para un adelanto electoral del que no se habla públicamente pero ya casi nadie descarta.
Mañueco concretó que tras su reunión con el secretario general del PSOE en Castilla y León, Luis Tudanca, con la que supuestamente ha vuelto la vía del diálogo, ya ha dado «instrucciones» a la consejera para convocar de manera inmediata al grupo de trabajo constituido hace meses para avanzar en la mejora de la sanidad pública. Casado también tendrá que reunirse en principio la próxima semana con los nueve presidentes de las diputaciones provinciales. Dicho y hecho. La consejera enviaba una carta a Tudanca en la que, «apelando a la crítica situación» por «el déficit de profesionales y la falta de reformas durante años», así como «la avanzada edad de muchos de nuestros sanitarios», le solicita un encuentro la próxima semana para «abordar en profundidad» estas dificultades «y conocer las propuestas del PSCL al respecto» para lo que invita también a los interlocutores que en su día propuso la formación de la rosa para formar parte del grupo de trabajo del que se levantó cuando le
Arrimadas, durante su encuentro ayer con García-Page
convino y al que ahora parece que va a volver.
Son las primeras consecuencias de la crisis abierta en el seno del gobierno de coalición PP-Cs tras apoyar los populares una proposición no de ley socialista en la que se acordaba la retirada del plan de reestructuración de la Atención Primaria en el medio rural que llevaba el sello de la consejera ahora cuestionada desde múltiples flancos.
Frente a las palabras del vicepresidente y portavoz, Francisco Igea, que criticó el «error estratégico» del PP por apoyar la iniciativa, Mañueco dejó claro quién manda al menos ahora en
un asunto que le estaba generando un problema importante tanto por el constante ataque de la oposición socialista, escenificado en continuas visitas a pueblos afectados por los problemas sanitarios y numerosas reuniones con los colectivos que lideran las protestas, como entre su propia «gente»: alcaldes populares que rechazan las primeras medidas tomadas por la parte ‘naranja’ de la Junta y que se ven incapaces de controlar el malestar de unos vecinos que en un buen número suelen elegir la papeleta ‘azul’. El encuentro con los presidentes de las diputaciones también encajaría con el interés
de los populares de alcanzar acuerdos —si es que son posibles— que tengan el visto bueno de unos pueblos a los que básicamente les falta personal sanitario para poder ser atendidos en las condiciones que desean.
Solicitud al Gobierno
En todo caso, el grupo de trabajo al que ahora se reincorpora el PSCL ya había dado sus frutos con más de un centenar de medidas cuya validez cuestionan de forma genérica los socialistas sin que haya quedado claro cuáles de ellas seguirán adelante y cuáles habrá que reformar.