ABC (Castilla y León)

Morad, el rapero de éxito que se encara a la Policía

▶ Con solo 22 años, el joven de Hospitalet congrega a decenas de seguidores en sus conciertos, mientras acumula causas con la Justicia: es un émulo de la corriente ‘gangsta rap’, a medio camino entre la música y la delincuenc­ia El exitoso músico se enfren

- ELENA BURÉS BARCELONA

s el concepto del ‘self-made man’ pero trasladado al extrarradi­o y con tintes pendencier­os. Morad El Khattouti El Horami (Hospitalet, 1999) es el nuevo ‘enfant terrible’ del rap. Un mediático exponente de la música urbana que ha pasado de compartir sus temas a través de WhatsApp a colgar el cartel de ‘no hay entradas’ en el Estadio Olímpico de Barcelona a principios de septiembre. Pero su éxito no está exento de polémica. Hace unas semanas acabó detenido por agredir a dos Mossos d’Esquadra, y está pendiente de juicio por una tentativa de robo en un piso de Barcelona en 2018.

Sus letras coquetean con el ‘gangsta rap’ y el ‘drill’. Una suerte de subgéneros que ensalzan las trifulcas callejeras, el consumo de estupefaci­entes y los enfrentami­entos con la Policía. Algo de lo que sabe Morad, más allá de sus letras –«que os jodan Mossos d’Esquadra», entre otras perlas–. Y es que el pasado julio acabó en comisaría por atacar a dos agentes de la Policía autonómica tras saltarse el toque de queda. No ha sido su único ‘tropiezo’ con la autoridad. En agosto presumió, vía redes sociales, de plantar cara, junto a su séquito, a integrante­s de la Guardia Urbana de Hospitalet mientras grababa un videoclip en su barrio, La Florida.

Y es que el cantante se presenta como «un chico de la calle» que dice representa­r «a la clase obrera», aunque según el CIS ya pocos españoles se definan como tal. Su estilo guarda más relación con algunos raperos estadounid­enses, que acaparan titulares por verse envueltos en reyertas con rivales, o son arrestados por tenencia ilícita de armas o estupefaci­entes, que con los referentes patrios, o al menos con aquellos que tienen cuentas pendientes con la Justicia. Véase el caso del ilerdense Pablo Hasél, en prisión, entre otras causas, por enaltecimi­ento del terrorismo e injurias a la Corona en decenas de tuits y una canción; o el del mallorquín Valtònyc, fugado en Bélgica después de que el Supremo le impusiese tres años y medio de cárcel por los mismos delitos.

Morad sí tendrá que sentarse en el banquillo de los acusados, aunque por motivos diferentes. Ayer tenía que comparecer ante el Juzgado de lo Penal número 11 de Barcelona, tal y como avanzó ‘La Vanguardia’, por un intento de robo en una casa del barrio del Putxet en 2018. Fiscalía pide para él y otro acusado una pena de dos años y

EEl rapero de Hospitalet de Llobregat Morad medio de prisión por esta tentativa y un delito de amenazas. Según el escrito de acusación, Morad, junto a un amigo, intentó abrir la puerta de acceso a la finca con un destornill­ador, cuando un vecino los descubrió. Tras verse sorprendid­os, los supuestos ladrones espetaron al hombre: «¡Te vamos a matar, hijo de puta!». Unos hechos que habrían tenido lugar un año antes del primer concierto del rapero en la mítica sala Razzmatazz de la capital catalana. Finalmente, el músico no se presentó en la Ciudad de la Justicia tras alegar, parte médico mediante, un fuerte dolor en el pecho. La vista se ha aplazado a febrero de 2022. Y es que ya lo deja claro en su tema ‘Normal’: ‘Aquí no se declara ni se dicen nombre ajeno. De la calle y vamos sin freno’. Populismo también en el rap, con unos temas en que presenta a los cuerpos y fuerzas de seguridad –los «azules» y los «picolos», en jerga de Morad– como represores del pueblo –«la calle», para el rapero–, y a los que dice odiar. Una fórmula que sigue siendo sinónimo de éxito, al menos para este intérprete catalán, de ascendenci­a marroquí, que cuenta ya con discos de oro y platino en su haber.

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