Las empresas afean al Gobierno la demora del Corredor Mediterráneo
La ministra Sánchez reitera su promesa de hace un año y fija el plazo en 2026
«España no puede esperar más». Fue el lema y, a la vez, la proclama más repetida durante el 6º Acto Empresarial por el Corredor del Mediterráneo, organizado por la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE) ayer en Barcelona. Pese a reconocer ciertos, pero «insuficientes», avances en su ejecución, la entidad promotora del movimiento #QuieroCorredor defendió que «como país no podemos permitirnos ni un retraso más», puesto que de esta infraestructura ferroviaria depende «nuestra industria, campo, exportaciones, turismo, sostenibilidad y cohesión territorial».
Los empresarios valencianos y catalanes exigieron al unísono al Gobierno que acelere las obras del Corredor Mediterráneo, «una autopista ferroviaria clave para la economía española», aunque consideran «imposible» alcanzar la meta de que estén finalizadas dentro de cuatro años. No obstante, tras recoger el órdago, la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, se comprometió a tener acabado el tramo que va desde Almería hasta la frontera francesa en 2026.
Una promesa que ya pronunció en el encuentro organizado por AVE el año pasado y que en esta nueva edición ha corroborado al entender que los esfuerzos del Ejecutivo central durante los últimos seis años han hecho posible vislumbrar dicho horizonte temporal con optimismo. «Nadie discute que esta obra es esencial. Los avances son indiscutibles, pero debemos administrar la realidad y no generar expectativas que luego se frustran», argumentó.
Sánchez recordó que la fecha tope marcada por la CE para terminar la autopista ferroviaria, y a la que también se ha comprometido, es en 2030. Sin embargo, se aventuró a anunciar diferentes actuaciones para el primer semestre de 2023, como el acceso al puerto de Sagunto ante la construcción de la gigafactoría de Volkswagen, y cuantificó el número de kilómetros en funcionamiento en este tiempo a 327, mientras que otros 700 continúan en obras.
Así lo secundaron los más de 1.500 empresarios y representantes de la sociedad civil que dieron cita en el Centro de Convenciones Internacionales de Barcelona (CCIB), en un acto en el que también participaron los presidentes autonómicos Pere Aragonès, Ximo Puig y Fernando López Miras, así como el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, y el CEO de Caixabank, José Ignacio Goirigolzarri, entre muchas otras personalidades.
En su intervención, el presidente de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonès, condenó la visión «absolutamente centralista y radial» del Gobierno español a la hora de planificar las infraestructuras más importantes del país. Además, instó a iniciar una investigación para estudiar y analizar si el Ejecutivo ha desviado inversiones destinadas al Corredor Mediterráneo a otras obras, aunque reconoció que «ya se conoce cuál es la tónica y la política del Estado» en este asunto. En la misma línea se expresó su homólogo Ximo Puig, presidente de la Generalitat Valenciana, que catalogó la obra de una «urgencia efectiva», ya que «estrangular el eje mediterráneo es estrangular el crecimiento de España».
El presidente de AVE, Vicente Boluda, defendió que «si bien es cierto que el Corredor avanza, y es de justicia reconocerlo, ni los retrasos acumulados, ni el ritmo al que lo hace nos puede hacer caer en la autocomplacencia».
«Como la obra del Escorial»
El presidente de Mercadona, Juan Roig, criticó los retrasos en la ejecución de la red ferroviaria, las cuales ha comparado con la «obra del Escorial» por su lentitud. Igualmente, calificó de «ofensa» para las ciudades que forman el arco mediterráneo que más de 25 años después «no tengan una conexión que les una». «Da igual quien gobierne, no lo conseguimos, aunque somos muy cabezones y no vamos a parar», aseveró el mecenas valenciano, quien instó al Gobierno a propiciar una «España circular y no radial».