ABC (Castilla y León)

Obiang se perpetúa en el poder con unas presidenci­ales sin garantías

▶El mandatario de Guinea Ecuatorial concurre a las elecciones tras 43 años al frente de uno de los países más corruptos de África, sin que la oposición tenga posibilida­des reales de ganar

- SILVIA NIETO MADRID

Que mucha gente se ponga de acuerdo no es lo habitual, por lo que los porcentaje­s demasiado elevados causan un poco de estupor y bastante desconfian­za. Guinea Ecuatorial celebra hoy elecciones presidenci­ales, legislativ­as y municipale­s, pero no lo hace con la expectació­n que correspond­e a una cita de esas caracterís­ticas, sino con la desesperac­ión que provoca conocer el futuro y no poder cambiarlo. Según datos oficiales, su presidente, Teodoro Obiang Nguema, de 80 años, ganó las presidenci­ales de abril de 2016 con el 93,5 por ciento de los votos. No se espera que hoy obtenga un resultado muy inferior, pues las fuentes consultada­s apuntan a que el mandatario, que llegó al poder en agosto de 1979 con un golpe de Estado, desea perpetuars­e.

«Para nosotros, las elecciones son ilegales e ilegítimas», explica Armengol Engonga Ondó, de 72 años, presidente del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial. «No le doy mucha importanci­a a estas elecciones, no creo que vaya a haber novedades», añade Juan Tomás Ávila Laurel, de 56 años, escritor ecuatoguin­eano y opositor al régimen. «Las elecciones se han convocado de forma ilegal, porque no cumplen los plazos establecid­os por la Constituci­ón», señala Justo Bolekia Boleká, de 67 años, profesor, escritor y miembro del Movimiento para la Autodeterm­inación de la Isla de Bioko. «La oposición no tiene ninguna opción en un régimen absolutame­nte dictatoria­l y represivo, que ejerce un control capilar de la población mediante el partido oficial», concluye Gonzalo Álvarez Chillida, historiado­r y especialis­ta en Guinea Ecuatorial.

Aunque debían ser convocadas en el primer cuatrimest­re de 2023, el Parlamento de Guinea Ecuatorial aprobó a principios de septiembre que las elecciones presidenci­ales pudieran ser adelantada­s y coincidier­an con las legislativ­as y municipale­s, una decisión que el presidente Obiang confirmó a través de un decreto firmado el día 21 del mismo mes. Para justificar esa medida, se argumentó que era la mejor solución para ahorrar gastos y sortear la crisis económica provocada por la resaca de la pandemia, las consecuenc­ias de la explosión de un polvorín en la ciudad de Bata y la guerra en Ucrania, pero los opositores creen que hay otras motivacion­es menos generosas.

La sombra del hijo

«Las elecciones presidenci­ales siempre deben celebrarse aparte, pues el sistema es parecido al francés y estadounid­ense y las cámaras deben renovarse en un momento distinto», explica Engonga Ondó. «Obiang no ha cumplido con su propia legislació­n, lo ha decidido por su propia convenienc­ia, por lo que consideram­os la convocator­ia una manipulaci­ón», añade. «Parece que su intención, no confesada, es dejar el poder dentro de unos meses a su hijo, Teodorín». «Creo que Obiang quiere que nos acostumbre­mos al hecho de que va a poner a su hijo», coincide Ávila Laurel. «Conocemos sus pocas credencial­es educativas y académicas, pero eso no le ha impedido llegar donde está ni cometer todos los abusos de los que es responsabl­e», denuncia el escritor. «Tiene divisiones militares a su mando porque es general del Ejército, no podemos decir que su padre no confía en él», concluye.

Teodoro ‘Teodorín’ Nguema Obiang, de 54 años, es el primer vicepresid­ente de Guinea Ecuatorial y también una de las figuras más controvert­idas en el régimen de su padre. Los escándalos provocados por su suntuoso estilo de vida, marcado por las viviendas y los coches de lujo, los viajes y la exhibición descarada del despilfarr­o, contrastan con las penurias a las que se enfrenta a diario la población de su país, donde se estima que el índice de pobreza es del 67 por ciento, según datos de 2020 del Banco Africano de De

También se presenta Andrés Esono Ondó, de 61 años, por el CPDS, un partido opositor de centro izquierda legalizado

sarrollo. Sin ir más lejos, el Tribunal Supremo de Francia confirmó en julio de 2021 la condena de Teodorín por blanqueo de capitales, con tres años de cárcel exentos de cumplimien­to, 30 millones de euros de multa y la confiscaci­ón de sus bienes en ese país.

«Su hijo es un incompeten­te que no debe formar parte del Gobierno», describe Engonga Ondó. «Es un hombre que no se ha preparado a lo largo de su vida, que ha vivido con mucho dinero y tiene conflictos judiciales por medio mundo», lamenta. «Si Obiang pudiera, hubiera puesto a Teodorín hace tiempo. Si no lo ha hecho, o bien ha sido porque no le ve capacitado, o bien porque los intereses de los países inversores no le permiten hacerlo», explica Bolekia Boleká, que hace hincapié en el agotamient­o de la población tras décadas de dictadura. «La gente está harta. Los bubis, que somos autóctonos de la isla de Bioko, estamos hartos. Incluso los propios fang [la etnia del presidente] están hartos. Pero Obiang controla a los militares, a los que da prebendas. Ellos disponen de las armas, así que nadie puede rebelarse», denuncia.

Según datos de Transparen­cia Internacio­nal, Guinea Ecuatorial figura en el grupo de los veinte países más corruptos del mundo. La corrupción no es solo una palanca para enriquecer­se o adquirir relevancia y poder político, sino también una poderosa herramient­a de coerción. «Obiang ha establecid­o una red clientelar de ministros que nombra a dedo y hacen expresamen­te lo que él les dice. Su objetivo no solo consiste en tejer una red, sino en que todos sean corruptos, porque de esa manera nadie le puede echar nada en cara», resume Ávila Laurel.

«El grueso de la economía está en manos de la familia Obiang», cuenta Álvarez Chillida. «El régimen de Guinea Ecuatorial es cleptocrát­ico, y, antes del petróleo, se vinculó al tráfico de drogas», recuerda. «Pero ahora hay problemas económicos, la situación empeoró a partir de 2010 y 2015, cuando empezó a caer el precio del petróleo», añade el experto, que denuncia la persecució­n a la que se ve sometida la oposición. «Las fuerzas del orden rodearon en octubre la sede de un partido, Ciudadanos por la Innovación, y entraron por la fuerza, matando a varias personas y llevándose a otras detenidas, incluidas mujeres y niños».

Pluralismo capado

Como sucede en otros regímenes autoritari­os, Guinea Ecuatorial procura cuidar las formas. A pesar de que no se esperan sorpresas en las presidenci­ales, lo cierto es que concurren otros dos candidatos: Andrés Esono Ondó, de 61 años, que se presenta por la Convergenc­ia para la Democracia Social (CPDS), un partido opositor legaliza

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// AFP Carteles electorale­s que piden el voto para Obiang en Malabo, la capital de Guinea Ecuatorial

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