Rusia anuncia grandes maniobras durante el invierno en Kaliningrado
El anuncio se produce cuatro días después de la crisis por la caída de un misil en Polonia
Durante el próximo invierno la Flota del Mar Báltico rusa se propone llevar a cabo «decenas» de maniobras tanto navales como en tierra en el enclave ruso de Kaliningrado, la antigua Prusia Oriental. El anuncio se hizo ayer mediante un comunicado cuatro días después de la crisis desencadenada por la caída el pasado martes de un misil de la defensa aérea ucraniana que en un principio se creyó que podía ser ruso.
Lo cierto es que altos dirigentes estadounidenses, europeos y de la OTAN señalaron que, de no haberse producido la invasión militar de Ucrania, ninguna persona hubiera muerto en Polonia a causa de ningún misil y que la responsabilidad última de lo sucedido recae indefectiblemente sobre Moscú. Washington habló incluso de un mayor reforzamiento de su dispositivo militar en la Europa del Este.
De manera que el presidente Putin parece haber decidido hacer frente a lo que considera un aumento de la amenaza que supone EE.UU. y sus aliados de la OTAN para Rusia a base de mantener entrenadas permanentemente su Marina y Ejército en el extremo más occidental del país. En estos ejercicios participarán, además de navíos de la Flota del Báltico, «aviones, fuerzas de defensa aérea, tanques y unidades de tierra motorizadas».
Según informaciones difundidas por la Armada rusa y el Ministerio de Defensa, serán «maniobras a gran escala de varios niveles» en respuesta «al aumento de la actividad de la Alianza cerca de las fronteras de Rusia». Kaliningrado, cuya capital fue la antigua Königsberg, es una zona especialmente sensible al encontrarse al norte de Polonia y al oeste de Lituania, países ambos miembros de la OTAN y muy involucrados en la ayuda militar a Ucrania.
Se da además la circunstancia de que Polonia ha negado el acceso a su territorio al jefe de la Diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, que se disponía a tomar parte los próximos 1 y 2 de diciembre en la reunión de ministros de Exteriores de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) convocada en Lodz. Esta decisión de Varsovia ha levantado un gran revuelo en Moscú, que la califica de «provocación». Polonia preside actualmente la OSCE y, según Moscú, «ha violado las reglas» de la organización.
Polonia advirtió el viernes que deniega la entrada a Lavrov explicando que la delegación rusa «no debe incluir a personas sancionadas por la Unión Europea tras la agresión ilegal de Rusia contra Ucrania el 24 de febrero».