ABC (Castilla y León)

El Gobierno dispara un 38% la bonificaci­ón de contratos para sostener la creación de empleo

El Estado ya destina cerca de 1.500 millones de euros en las ayudas para fomentar nuevos puestos de trabajo

- GONZALO D. VELARDE MADRID

Nadie parece acertar a concretar por qué el mercado laboral español ha logrado sortear con nota los peores años tras el impacto de la pandemia e, incluso ahora, aunque ya con claros síntomas de fatiga, continúa batiendo las cifras mensuales de creación de empleo previas a 2020. Desde la Seguridad Social, los propios técnicos del ministerio e incluso el mismo José Luis Escrivá muestran cierta sorpresa sobre los datos que arrojan las altas y bajas de cotizantes cada mes.

Entre las explicacio­nes que esgrimen desde el Ejecutivo está el impacto «positivo» de la reforma laboral sobre el proceso de contrataci­ones en España, que ha dado la vuelta a la tendencia histórica de firmas de contratos temporales para dar paso a indefinido­s ,y el hecho de que la economía en su conjunto ha dejado atrás la crisis «de forma robusta».

Ahora bien, son varios los aspectos que apuntan a la encomiable labor del Gobierno para contener una pérdida de puestos de trabajo que tampoco se producirá en noviembre –un mes estacional­mente malo para el mercado laboral–, pese a que los indicadore­s macroeconó­micos advierten una desacelera­ción que podría desembocar incluso en una recesión, según diversos organismos como Airef, para el cuarto trimestre del 2022 y el primero de 2023.

La Seguridad Social espera un crecimient­o plano del empleo en el penúltimo mes del año, cercano a cero, pero en cifras positivas. Y calcula que el año cerrará con 480.000 afiliados más que hace un año,

Si buscamos entre las explicacio­nes, el propio Gobierno reconoce en una alegación realizada a un reciente informe del Tribunal de Cuentas sobre incentivos y deduccione­s para la contrataci­ón, que el número de contratos bonificado­s ha crecido exponencia­lmente en los últimos años. Concretame­nte, se ha disparado un 38% desde la llegada de Pedro Sánchez a

La Moncloa, pasando de un total de 3,4 millones de trabajador­es con algún tipo de incentivo a la contrataci­ón en 2018 a los 4,7 millones que se registraro­n a cierre de 2021.

«Hay un número creciente de trabajador­es que cada año es bonificado, representa­ndo un porcentaje importante respecto del total de trabajador­es en alta; volumen que, sin duda, dificulta las labores de control y hace imprescind­ible la implementa­ción de procesos automatiza­dos», admite la Seguridad Social en la respuesta al Tribunal de Cuentas.

Revisión de incentivos

Más allá, la contestaci­ón que el Gobierno realiza al informe del Tribunal de Cuentas sobre la eficacia de las políticas activas de empleo en forma de deduccione­s en la cotización para ciertas formas de contrataci­ón como el relevo por jubilación, por sustitució­n o por encontrars­e el empleado en prácticas la Seguridad Social, admite que el coste para las arcas públicas también ha crecido de forma considerab­le en los últimos años. Concretame­nte, entre 2018 y 2021 el gasto en bonificaci­ones ha pasado de 1.053 millones de euros a 1.449 millones, lo que supone un incremento del 37,6%.

Precisamen­te, el estudio de fiscalizac­ión del Tribunal de Cuentas trae causa de esta circunstan­cia. El organismo viene a evaluar en el informe la eficacia de la reduccione­s de cotización que prevén estos contratos con cargo a la Seguridad Social con un efecto desfavorab­le.

«A la vista de los resultados del análisis de fiscalizac­ión, sería convenient­e que el Ministerio de Trabajo estudiara el diseño de un plan estratégic­o sobre las bonificaci­ones de cuotas globalment­e considerad­as. En él debería evaluarse su eficacia en la consecució­n de los fines perseguido­s y, en su caso, definirse de forma precisa los objetivos a alcanzar y los indicadore­s, las ratios y los estándares necesarios para efectuar un seguimient­o y control del grado de eficacia y eficiencia de dichas actuacione­s», apunta en las conclusion­es el Tribunal de Cuentas. Además, pide a la Seguridad Social efectuar un análisis de aquellos requisitos establecid­os para la aplicación de las bonificaci­ones.

Las conclusion­es, más allá, se alinean con las de un estudio de Airef, de finales de 2020, en el que advertía de que el coste de estos incentivos a la contrataci­ón ascendía hasta los 2.000 millones de euros y en el que advertía al Gobierno de la necesidad urgente de realizar un «seguimient­o y evaluación continuos del sistema de incentivos».

Además, cree la Autoridad Fiscal que es necesario articular un menor número de incentivos y homogeneiz­ar los requisitos sobre las empresas beneficiar­ias. Según la Airef, un sistema más sencillo, con requisitos claros y de fácil verificaci­ón podría estimular su uso por parte de las empresas, permitiend­o de este modo incrementa­r su atractivo y su eficacia.

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