Luisgé Martín: «Nadie siente que el español sea un idioma colonizador»
El director del Cervantes en Los Ángeles apuesta por que nuestro cine tenga mayor presencia
La Reina Letizia inaugurará el 12 de diciembre el nuevo Centro Cervantes de Los Ángeles, que se une a los de Nueva York, Chicago y Albuquerque en Estados Unidos. Al frente de la institución está el escritor Luisgé Martín (Madrid, 1962), una figura casi desconocida para los hispanistas. Aterriza con el estatus de cónsul cultural de España con un bagaje personal donde hay a partes iguales política y cultura, aunque siente que no debe ser cuestionado su nombramiento. «Tengo una carrera larguísima y nunca he militado en ningún partido. Es verdad que he estado en el gabinete de Ángeles González-Sinde y que vengo del de Pedro Sánchez, pero mi carrera profesional en el mundo editorial, en la gestión cultural, en la literatura, me avalan suficientemente para poder estar aquí. Lo que sí tengo muy claro es que aquí estoy representando al Gobierno de España y, perdón la grandilocuencia, también al español. Por lo tanto, desaparece la ideología política. Es una misión en la que hay muy poca diferencia de mirada entre los distintos partidos españoles. Es una tarea de país».
Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad Complutense de Madrid, llega a Los Ángeles con la tarea de promocionar el español y el mundo audiovisual. «Son los dos mandatos que de alguna manera traigo y que hago con entusiasmo. Los Ángeles es una ciudad fronteriza en el mejor sentido de la palabra, es decir, un cruce de culturas, de países, de procedencias muy distintas. En este tipo de ciudades hay una efervescencia cultural donde la creatividad se dispara. Miro a la industria audiovisual, del entretenimiento, la cultura cinematográfica y televisiva. El Cervantes no puede permanecer ajeno a ello».
A pocos kilómetros de los estudios Universal, en el corazón de Hollywood, la nueva sede del Instituto Cervantes se encargará de la promoción del español para los 12 millones de nativos que pueblan esta región, además de aprovechar
la conexión con el cine. «Vamos a tener una biblioteca importante en lo digital que se va a llamar Pedro Almodóvar», avanza. En 2023 desembarcará una exposición dedicada a Jardiel Poncela. «Se hizo en la sede central del Instituto Cervantes y quiero recuperarla y ampliarla a Neville o López Rubio, que fueron guionistas de Hollywood y de los que sabemos poco. Tenemos una sala de proyección donde aspiro a mostrar todo el cine español que se produzca. Creo que el cine en español necesita una presencia mayor en esta ciudad, porque aquí conocen a Almodóvar, a Bardem, a Penélope Cruz, pero nadie sabe quién es Buñuel. La historia del cine español, el presente del cine español, quiero que sea uno de los ejes centrales del centro».
A pesar de los 60 millones de hispanohablantes en Estados Unidos, el español sigue siendo una lengua considerada de segunda clase, aunque si se mantiene el crecimiento del español en EE.UU., se prevé que en torno a 2060 sea el segundo país del mundo en nativos de esta lengua, por detrás de México. «Hay un anteproyecto de ley en Estados
Unidos para que el español sea la segunda lengua del país y, en algunas décadas, pueda llegar a ser la primera. Y al revés, hay intereses para que el español siga siendo una lengua de segunda clase. Es cierto que todavía queda la idea de que es una lengua de pobres, pero hace tiempo que ya no lo es. Ahora mismo es una lengua de primera magnitud en todos los campos del conocimiento. El valor económico del español es incalculable. Me contaban el otro día de primera mano que Netflix ha tomado la decisión de no volver a contratar a nadie que no hable español. No solo en departamentos de creatividad, sino también administrativos. Eso da idea de la potencia que tiene el español en un estado como California».
Sobre la batalla cultural que enfrenta pasado y presente, advierte: «Es muy injusto que se tiren estatuas de Fray Junípero, pero es disparatado que se tiren de Cervantes, porque es, simbólicamente al menos, el padre del español y el español no está en cuestión. Nadie siente vergüenza del español, nadie siente que sea un idioma colonizador».
«Aquí conocen a Almodóvar, a Bardem, a Penélope Cruz, pero nadie sabe quién es Buñuel»