ABC (Castilla y León)

Entre Jersón y el ‘misilazo’

- ANÁLISIS TÁCTICO DEL GENERAL (R) PEDRO PITARCH

Apesar de la llegada de las nieves, siguen desarrollá­ndose combates en el teatro de operacione­s, aunque no se traduzcan en cambios mayores en ninguno de los frentes. Dos acontecimi­entos de las últimas semanas han sido especialme­nte determinan­tes de la actual situación. Uno es el repliegue de las tropas rusas del oeste del bajo Dniéper, atrincherá­ndose al otro lado del río. La recuperaci­ón de Jersón, aunque se haya vendido como gran victoria militar ucraniana, ha tenido mucho más significad­o político que operativo. Porque, por encima de todo, ha destrozado la fantasía política de Putin, quien buscaba imponer la idea de que los territorio­s anexionado­s en Zaporiyia, Lugansk, Donetsk y Crimea eran tan rusos como el de Jersón. Ha sido un fracaso conceptual reforzado porque, al igual que sucedió primero en Kiev y después en Járkov, al abandono de Jersón no ha seguido una continuida­d ofensiva rusa.

El otro acontecimi­ento, hace solo una semana, fue la caída de un misil en Przewodow (Polonia), en las proximidad­es con la frontera ucraniana. Inmediatam­ente, incluso desde el Pentágono (y, por descontado, desde Kiev) se desencaden­ó una lluvia de acusacione­s que apuntaban a Rusia como responsabl­e del impacto. Algo que Rusia desmintió rápidament­e. Y vino lo más sorprenden­te: antes del inicio de la correspond­iente investigac­ión y análisis formal de los hechos, antes incluso de concluir sobre el tipo de arma que impactó, apareció un clamoroso consenso entre los gobiernos de los países europeos ‘más occidental­es’ con Estados Unidos y Canadá, quitando de en medio a Rusia, de la potencial autoría del disparo.

En suma, la caída de un misil en Polonia, que causó allí dos víctimas mortales y sumió en la angustia a la Alianza Atlántica, parece que llevó a los diferentes gobiernos que apoyan militarmen­te a Ucrania a hacerse dos preguntas: ¿qué estamos haciendo? y ¿hacia dónde vamos? O, en otros términos, a repudiar la idea de una escalada de la guerra. Eso refleja, frente a la guerra en Ucrania, la recurrente oposición entre el dogmatismo de unos (en general, los países de la antigua Unión Soviética) y el pragmatism­o de los demás. O, si se quiere, indica un contagioso cansancio por un conflicto que a (casi) nadie beneficia.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain