La banca alerta del golpe del frenazo económico en las pymes
▶El Banco de España exige a las entidades que vigilen sus niveles de provisiones y capital ante el posible deterioro de la calidad del crédito ▶Ayuso denuncia que los impuestos de Sánchez ya ahuyentan la inversión
Pese a que la banca llega a esta crisis en una situación más saneada que en 2008, el sector financiero afronta un final de 2022 y un 2023 plagado de nubarrones. Las entidades se refieren a los próximos trimestres con la palabra «incertidumbre», con respecto a si España entrará en recesión y a cómo afectará eso a sus clientes; especialmente a las pymes y a las rentas más bajas. Esta fue una de las principales conclusiones a las que llegaron los primeros espadas de la banca española en la jornada inaugural del XXIX Encuentro del Sector Financiero ‘Retos y Oportunidades de un sector en transformación’, organizado por Deloitte
y ABC con la colaboración de Sociedad de Tasación.
José Antonio Álvarez, consejero delegado de Banco Santander, puso el foco en cómo el frenazo económico puede generar tensiones en la pequeña y mediana empresa. «En mercados como España el reto más sensible es todo lo referido al mundo de las pymes; no estoy preocupado en la parte de individuos. Si las perspectivas económicas se materializan, algunas de las pymes podrían tener un entorno más estresado. Debemos estar preparados para seguir financiando y controlar nuestro balance», indicó, para después añadir que su tarea ahora será asegurar la solvencia del sector, además de garantizar rentabilidad a sus accionistas.
Gonzalo Gortázar, consejero delegado de Caixabank, se pronunció en unos términos similares al advertir sobre el impacto que tendrá esta crisis energética y de inflación, con efectos sobre el consumo y la inversión, sobre una economía como la española. «La inflación tiene un impacto en todos pero también en la base de costes de las entidades. Tenemos una segunda gran fuente de incertidumbre que es el coste del riesgo. La pregunta es hasta donde se va a desacelerar la economía. No es tanto que lleguemos a caer un 0,5% sino cuánto se va a prolongar la situación», dijo. En este sentido, avisó de «un empeoramiento en la línea de provisiones en los próximos trimestres».
Aun así, quien más incidió en las dudas sobre el futuro de la economía fue Onur Genç, CEO de BBVA, que hizo suya la palabra «incertidumbre»: «La incertidumbre es sobre cuánto más necesitarán los bancos centrales para controlar la inflación, cómo de rápido podrán bajarla».
César González-Bueno, CEO de Banco Sabadell, siguió una tesis similar y desveló que esta crisis les ha echado por tierra los modelos predictivos: «Uno de los factores que no incluían nuestros modelos de riesgo era la inflación y se está remodelizando todo». Así, puso el foco en intentar bajar como sea la inflación para evitar males mayores.
Por su parte, el consejero delegado de Santander España, Antonio Simoes; el director de BBVA España, Peio Belausteguigoitia; y el director general de Caixabank, Juan Antonio Alcaraz, recalcaron la fortaleza del sector en el actual contexto, al que llegan con unas tasas de morosidad históricamente bajas, con unos ratios de solvencia muy mejorados, unos niveles de rentabilidad crecientes y un peso de activos de riesgo cada vez más reducido en el balance.
Provisiones bancarias
Otra de las notas de advertencia la puso la subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, que reclamó a las entidades que vigilen los niveles de provisiones y de capital que tienen ahora y de cara a futuro, poniendo el acento en posibles deterioros del crédito.
«Los hogares de menor renta se ven afectados por la inflación y la subida de tipos. Habría que prestar gran atención a hipotecas de tipo variable con una elevada carga financiera», dijo, al tiempo que llamó la atención sobre que «todavía hay riesgos de impagos en determinados bloques de la cartera hipotecaria de las entidades». En todo caso, des