La OCDE augura niveles de inflación cercanos al 5% en España hasta 2025
Nos señala como la gran economía del euro que más tiempo va a tardar en salir de la espiral de precios El crecimiento se verá lastrado y el PIB solo avanzará un 1,3% en 2023 y un 1,7% en 2024
España será el último gran país de la Europa del euro en salir de la trampa de la inflación y de sus devastadores efectos para la economía. Al menos eso creen los analistas de la OCDE. El organismo internacional augura que el IPC español se estancará en el 4,8% no solo en 2023 sino también en 2024 por lo que el camino hacia la normalización de los precios no se iniciaría hasta 2025 como pronto. A esas alturas países como Francia, Alemania o Italia ya estarán en niveles del 3% o inferiores aunque a día de hoy tengan un IPC por encima del español.
La previsión de la OCDE descree del relato que hasta la fecha han venido manteniendo tanto el Banco de España como el Banco Central Europeo, en virtud del cual la inflación tras marcar un pico del 8,6% este año iniciaría una suave senda descendente más o menos pronunciada en 2023 y acabaría confluyendo con el nivel del 2% que los bancos centrales entienden como punto de equilibrio en 2024.
En el escenario difundido ayer por el organismo internacional, con motivo de su último actualización de previsiones, la inflación en España no se aproximará al 2% al menos hasta 2025 y por el camino lastrará el crecimiento económico del país.
Lastre al crecimiento
La OCDE se unió ayer al coro de organismos –prácticamente todos los que han actualizado previsiones en las últimas semanas– que se alejan de la previsión de crecimiento del 2,1% construida por el Gobierno para 2023. Sus proyecciones apuntan a que la economía no avanzará más que un 1,3% el año que viene, ocho décimas menos que la previsión gubernamental, y repuntará hasta el 1,7% en 2024.
Estas cifras vuelven a situar el crecimiento español por encima de la media europea y de lo esperado para los principales países del euro: en 2024 Alemania crecerá un 1,5%; Francia, un 1,2%; e Italia, un 1%. Hay que tener en cuenta que Alemania e Italia saldrán de una recesión –por lo que su aceleración económica será mayor– y también que España es la única gran economía del euro que no ha recuperado su nivel de PIB previo a la pandemia, que según la OCDE no recuperará hasta el primer trimestre de 2024.
En el caso de España, los analistas del organismo entienden que el crecimiento se verá lastrado por varios factores entre los que citan, en primer lugar, la erosión que la inflación provocará en el poder adquisitivo de los ciudadanos, las perspectivas de menor actividad mundial que afectará a las exportaciones y la subida de los tipos de interés, que según su análisis tendrá más afectación por el lado de la moderación de las inversiones de las empresas que por el lado de posibles problemas por los hipotecados.
Las razones de la OCDE
¿Por qué la OCDE imputa a España una mayor inflación respecto a otras grandes economías del euro? El último informe de previsiones del organismo no deja una explicación clara, aunque sí varios indicios de las razones por las que lo espera.
La más aparente es que a día de hoy la inflación parece estar más arraigada en la economía española que en otras economías desarrolladas. Mientras que en otros países el volumen de bienes y servicios que ya presentan un encarecimiento superior al 6% respecto al año pasado no llega a la mitad, en España ese nivel se ha alcanzado en casi dos de cada tres rúbricas del IPC, lo que indicaría una mayor penetración de la inflación en la economía.
La OCDE observa también que mientras en otros países los costes laborales unitarios ya han comenzado a reflejar las presiones inflacionistas en España eso no ha empezado a suceder, lo que augura, admite el organismo, que ocurrirá en un futuro no muy lejano, lo que podría añadir pre
siones inflacionistas. De hecho, el informe se alinea con los que reclaman un pacto de rentas con los agentes sociales «para mitigar el riesgo de una espiral precios-salarios».
Para Gregorio Izquierdo, director general del Instituto de Estudios Económicos, la previsión de la OCDE es «excesivamente pesimista» a la luz del consenso de los analistas, que apuntan a que la inflación descenderá hacia el entorno del 2% en 2024. En todo caso advierte que «de materializarse supondrá una pérdida de competitividad que puede lastrar nuestra capacidad de recuperación, por lo que resulta crítico evitar indiciaciones que prolonguen en el tiempo el actual choque inflacionario».