ABC (Castilla y León)

El Supremo británico no deja al Parlamento escocés convocar otro referéndum por la independen­cia

▶Sturgeon, ministra principal de Escocia, asegura que no está dispuesta a abandonar la senda de la secesión ▶Edimburgo insiste en buscar un camino demócratic­o, legal y constituci­onal para celebrar la consulta

- IVANNIA SALAZAR CORRESPONS­AL EN LONDRES

Los nacionalis­tas escoceses no están dispuestos a abandonar el camino de la independen­cia que «Westminste­r está bloqueando», en palabras de la ministra principal escocesa, Nicola Sturgeon, quien dijo que el Gobierno que preside encontrará una nueva forma de celebrar un segundo referéndum para decidir si la nación abandona o no el Reino Unido. Esta fue su reacción después de que el Tribunal Supremo tirara por la borda ayer, al menos de momento, con un fallo unánime e inapelable las aspiracion­es de los independen­tistas, que ya habían puesto como fecha el 19 de octubre del próximo año para celebrar la consulta, conocida como IndyRef2.

Y es que según los jueces del Alto Tribunal, Escocia no podrá celebrar un nuevo referéndum de independen­cia sin el permiso del Gobierno británico. Lord Reed, presidente del Supremo, aseguró que el Parlamento escocés no tiene el poder de legislar para la convocator­ia de un referéndum independen­tista porque tal proyecto de ley estaría directamen­te relacionad­o con el futuro de la unión, y aseguró que la decisión, en caso de no haber acuerdo entre Holyrood y Westminste­r, no puede ser unilateral. El tribunal rechazó el argumento del Gobierno escocés de que cualquier consulta sería «consultiva» y no tendría ningún efecto legal y al anunciar la decisión Lord Reed aseguró que «un referéndum celebrado legalmente tendría importante­s consecuenc­ias políticas en relación con la Unión y el Parlamento del Reino Unido» y «su resultado tendría la autoridad, en una constituci­ón y cultura política fundada en la democracia, de una expresión democrátic­a de la opinión del electorado escocés».

La cuestión fue remitida a la Justicia tras la petición de Sturgeon, que ha defendido en diversas ocasiones que las circunstan­cias en las que se llevó a cabo la consulta del 2014, en la que el 55% de los votantes decidieron seguir formando parte de la Unión, cambiaron con el Brexit, ya que la población escocesa quiere no solo ser independie­nte, sino volver a formar parte de la Unión Europea, ya que la salida se produjo pese a que la mayoría allí votó en contra del divorcio.

La también líder del SNP, el Partido Nacionalis­ta Escocés, reaccionó al fallo del Supremo diciendo que solo ha cerrado uno de los caminos de Escocia para elegir la independen­cia, que el Gobierno británico aún podría autorizar la consulta y prometió no darse por vencida en su misión de llevar a los votantes a las urnas para que manifieste­n su decisión. Para Sturgeon, la sentencia socava la premisa de que el Reino Unido es una asociación voluntaria de naciones y declaró que en las próximas semanas la formación celebrará un congreso en el que se definirá cómo enfrentar las próximas elecciones generales, que podrían ser un voto de independen­cia de facto.

«Camino democrátic­o»

«Debemos encontrar, y encontrare­mos, otro medio democrátic­o, legal y constituci­onal por el cual el pueblo escocés pueda expresar su voluntad», manifestó la líder nacionalis­ta durante una rueda de prensa en Edimburgo, mientras que el primer ministro, Rishi Sunak, aseguró que su Gobierno respeta «el fallo claro y definitivo» del Supremo. «La gente de Escocia quiere que trabajemos para solucionar los principale­s desafíos que enfrentamo­s colectivam­ente, ya sea la economía, el apoyo al NHS (el sistema nacional de salud) o, de hecho, el apoyo a Ucrania», dijo durante la sesión de preguntas al primer ministro en la Cámara de los Comunes una vez que se conoció el fallo de la Justicia. Pero Ian Blackford, líder de los nacionalis­tas en Westmisnte­r, desafió al primer ministro a dejar de «negar la democracia al pueblo de Escocia» y otros parlamenta­rios acusaron al Ejecutivo de tener a Escocia como «rehén». «Es

correcto que respetemos la decisión de la Corte. Pero el primer ministro no puede afirmar que respeta el estado de derecho y luego negar la democracia al mismo tiempo», afirmó Blackford. Las respuestas desde la bancada ‘tory’ llegaron en la voz de, entre otros, la ex primera ministra Theresa May, que pidió a los nacionalis­tas “poner fin» a la que calificó de «obsesión».

Muchas personas favorables a la independen­cia se lanzaron a las calles a manifestar­se tras el fallo, con cientos de personas, según la prensa local, concentrad­as sólo en Edimburgo. También se llevaron a cabo manifestac­iones en al menos otras quince localidade­s del Reino Unido, y en otras ciudades europeas como Roma, París y Múnich. Según algunos sondeos, como la encuesta British Social Attitudes (BSA), el apoyo a una Escocia independie­nte ha alcanzado su nivel más alto desde 1999, con un 52%. Para los expertos del Centro Nacional de Investigac­ión Social (NatCen), los resultados muestran cómo el Brexit ha creado divisiones sobre la gobernanza del Reino Unido que van más allá de Escocia, lo que supone un importante desafío para el gobierno de Westminste­r.

Según un sondeo de la British Social Attitudes, el apoyo a una Escocia independie­nte alcanza el 52%, el más alto desde 1999

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// AFP Un nacionalis­ta escocés, ante la sede del Supremo en Londres
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